Los tunecinos cumplen un año de democracia
En la misma avenida de la capital tunecina, pero divididos en grupos, miles de tunecinos se concentraron hoy para celebrar el primer aniversario del derrocamiento del presidente Zine el Abidine Ben Ali.
Los manifestantes ocupan desde primeras horas del día las inmediaciones del Teatro Municipal, donde se han instalado tanto seguidores del partido islamista en el poder, Al Nahda, como los rigoristas religiosos del Hizbu Atahrir o seguidores de la corriente salafí vestidos con ropas tradicionales.
"Nuestro Corán nos protege", coreaban muchos de los presentes que mostraban su solidaridad con el pueblo palestino y daban también la bienvenida al emir de Catar, Hamad bin Jalifa al Zani, que llegó ayer al país para participar en las celebraciones oficiales previstas para hoy.
Frente a la sede del Ministerio de Interior, situada a varios centenares de metros, se convirtió, por su parte, en lugar de reunión de diferentes partidos de izquierda.
Simpatizantes del marxista Partido Nacional Patriótico y leninistas del Partido de los Obreros Comunistas Tunecinos gritaban contra la presencia del emir por lo que consideran "una injerencia de Catar y de Estados Unidos" en la política nacional.
"Ni califato ni Catar, libertad, libertad" o "ni sionismo ni catarismo" fueron algunos de los lemas entonados por los estudiantes de izquierda, en referencia al apoyo prestado por el emirato y que, según insisten, favorece a la corriente islámica.
Pero una investigación de la cadena británica BBC señala que, a pesar de la llegada de la democracia, creció el número de personas que se inmolan. El medio señala que el perfil del activista suicida se centra en hombres jóvenes, de zonas rurales, con educación básica, sin hijos y que no tienen empleo.
La cadena británica señala que son actos de desesperación pura que habitualmente llevan a la muerte en unas 48 horas o que, si logran sobrevivir, desencadenan una vida de agonía para los hombres y sus familias.