Los peronistas enfrentan una encrucijada para ganarle a Macri
“Si es necesario que sea candidata, lo seré”, dijo la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en una reciente entrevista con el canal C5N. La noticia copó la agenda política a menos de un mes del cierre de listas para elecciones legislativas.
Cristina está en el centro del debate porque su potencial candidatura ordena no solo al peronismo sino también al gobierno que pretende construir el relato de que “el fantasma del populismo quiere volver”.
Al interior del peronismo el debate es si habrá primarias que pongan a competir a la expresidenta con el exministro de su gobierno Florencio Randazzo y si es conveniente o no esta estrategia. Los que defienden la interna argumentan que el Frente para la Victoria necesita democracia interna y que una primaria robustece el espacio.
Del otro lado, y Cristina lo ratificó en la citada entrevista, se habla de la necesidad de la unidad para ganar y frenar el ajuste. En el fondo está la disputa de la conducción de un peronismo que se quedó sin el poder del Estado y, como suele suceder, los liderazgos se cuestionan después de las derrotas.
Entonces ¿cuál es el factor ordenador de este peronismo que busca reordenarse para ganar la elección? ¿Quién garantiza los votos? ¿Cuál es la mejor estrategia para hacerle frente al ajuste de Macri?
Un reciente sondeo de Gustavo Córdoba y Asociados indica que el 57,4% de los consultados votará a candidatos opositores a Macri. El factor ordenador termina siendo quien logre canalizar el descontento con la gestión, algo que durante este año y medio no se pudo concretar.
El gobierno sabe que operar sobre la división del peronismo le permite construir la gobernabilidad que necesita para votar leyes estratégicas o frenar la conflictividad que genera su modelo económico.
Como la pelea está focalizada en la provincia de Buenos Aires, el rol de los intendentes es clave. Ellos tienen el desafío de gobernar sus municipios a pesar de un Estado Nacional y Provincial que usa todos sus recursos para condicionarlos. En ese marco, la columna vertebral del justicialismo termina siendo el grupo de intendentes que necesita consolidar sus administraciones para enfrentar al oficialismo. Es hoy, la única territorialidad existente.
En este marco, tanto Cristina como Randazzo necesitan de esos apoyos. No obstante, los alcaldes saben que no pueden rifar una elección que puede complicar la gobernabilidad en los consejos deliberantes, eso significaría dos años de gestión atados de pies y manos.
Por eso necesitan una carta ganadora. Cristina mide entre 35 y 40 puntos depende el distrito, Randazzo corre de atrás, pero juega con la posibilidad de interpelar a sectores “no convencidos” de la figura de la expresidenta, pero que no votarían al candidato de Macri.
Un escenario de interna entre ambos tendría a Cristina como amplia ganadora, pero surge otro dilema. Si el objetivo de fondo es conducir el peronismo, tal vez, no sea la mejor estrategia para Randazzo perder una interna para ser competitivo en 2019 dado que la conducción se mide por sus resultados.
Las cartas están sobre la mesa y, más allá de las rencillas internas, los que terminarán inclinando la balanza serán los intendentes, el principal ordenador del peronismo al momento. En definitiva lo que se pone en riesgo en la gobernabilidad de los territorios y la construcción de un frente amplio que se oponga al ajuste que Macri ya dijo que llevará a cabo si gana la elección.
El peronismo puede ir dividido y perder, también puede construir una primaria agresiva que termine en una pelea de estructuras que ahuyente al electorado a otras alternativas o garantizar un proceso que lo fortalezca y lo posicione como principal oposición al gobierno. Tanto Cristina como Randazzo saben que deben construir la unidad para ganar. (I)