Los periodistas siguen siendo objetivo de ataques en Siria
Damasco.- Los sabotajes, la destrucción de infraestructura, los desplazamientos forzosos y las muertes que caracterizan a la guerra desatada en Siria también golpean a periodistas y medios de comunicación, quienes buscan revertir la ofensiva mediática negativa contra el país y destejer las manipulaciones.
El jueves dos trabajadores del Centro de Radiotelevisión de la central ciudad de Homs sufrieron lesiones por la caída de un proyectil de mortero lanzado por grupos opositores armados, mientras que el miércoles un obús impactó en el canal oficial de noticias, en Damasco, sin que se reportaran víctimas.
A fines de mayo, Yara Abbas, corresponsal del canal de televisión al-Ekhbariya fue asesinada por disparos de mercenarios cerca del aeropuerto de Dabaa, en la región de Qsseir, mientras cubría la ofensiva que desarrollaba el Ejército Árabe Sirio en ese territorio fronterizo con Líbano, que culminó en su liberación.
El 9 de abril, la dirección de la propia televisora denunció la amenaza telefónica de un miembro del terrorista Frente al-Nusra, brazo armado de la red Al Qaeda, quien anunció un nuevo ataque a su sede en esta capital.
Un atentado terrorista contra al-Ikhbariya, el 27 de junio de 2012, dejó varios muertos y heridos entre sus trabajadores, además de la destrucción total de la edificación.
El 17 de julio el periodista y analista político Mohammed Dhirar Jamm fue asesinadoEn este sentido, el representante permanente de Siria ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Bashar Jaafari, alertó que los medios de comunicación en esta nación son frecuentes blancos de atentados terroristas con el fin de acallarlos y evitar que denuncien la guerra estimulada y financiada aquí por gobiernos occidentales y de la región.
Durante una sesión del Consejo de Seguridad sobre la situación de los civiles y periodistas en los conflictos armados, Jaafari se refirió al asesinato el 17 de julio del periodista y analista político Mohammed Dhirar Jamm conocido por sus intervenciones en televisión a favor de Damasco y en contra de los actores internacionales que azuzan el conflicto.
Jamm, jefe del Departamento de Relaciones Políticas e Internacionales de la Organización Mundial de Expatriados Árabes, fue ultimado frente a su casa en la localidad de Sarafand, en el sur de Líbano, por un grupo armado de desconocidos.
El embajador sirio destacó que en lo que va del año nueve periodistas y 23 funcionarios de los medios de comunicación cayeron abatidos mientras desempeñaban su trabajo, mientras se reportaron asaltos y secuestros contra otros 39 trabajadores del sector. Según Reporteros sin Fronteras, en los dos últimos años 23 periodistas han muerto.
Jaafari indicó que a nivel internacional se ha movilizado un enorme engranaje mediático para instigar la violencia y el terrorismo, así como fabricar mentiras para tergiversar la realidad y atizar la discordia en Siria, algo que a su juicio se inscribe dentro de los planes para destruir al Estado y su infraestructura.
Asimismo, desmintió las inculpaciones contra Damasco por su supuesta negativa y obstáculos para que periodistas vengan al país a cubrir el contencioso.
En este sentido, Jaafari recordó que el Ministerio de Información autorizó desde principios de año la entrada de periodistas de más de 300 medios de comunicación globales a quienes autorizó a moverse por el territorio nacional.
El Gobierno sirio concede un interés particular a la seguridad de los reporteros y les pide no entrar al territorio nacional ilegalmente, ya que eso pone en riesgo su vida, mientras los insta a evitar el acceso a sitios donde campean grupos terroristas armados como el Frente al-Nusra, subrayó.
El diplomático sirio lamentó que algunos periodistas extranjeros desoyeran tales advertencias, perdieran la vida o se hallen secuestrados en manos de los extremistas.
LOS ISLAMISTAS EXIGEN QUE MURSI RETORNE
Decenas de miles de partidarios de Mohamed Mursi se manifestaron ayer en Egipto para exigir el retorno del presidente islamista derrocado, un día después de una advertencia del ejército, que dijo que quien haga uso de la violencia durante las protestas “pondrá en peligro su vida”.
Las manifestaciones convocadas por los Hermanos Musulmanes salieron desde 18 mezquitas de diferentes barrios de El Cairo y convergieron por la tarde en dos lugares que los islamistas ocupan desde hace cerca de tres semanas: la mezquita Raba Al Adawiya, en un suburbio del noroeste de la capital, y en los alrededores de la Universidad de El Cairo, en el barrio de Guiza, más cerca del centro. (AFP)