Los opciones de una futura reestructuración de la deuda griega
Una semana después del acuerdo para otorgar un tercer rescate financiero a Grecia, los acreedores de Atenas están estudiando distintas opciones para una futura reestructuración de la enorme deuda que lastra la economía del país.
Descartada la quita, la reestructuración tendría que pasar por un aumento de los plazos de reembolso o una bajada de las tasas de interés.
Las opciones:
- Bajar tasa de interés: Para rebajar el peso de la deuda, que representa el 177% del Producto Interior Bruto (PIB) griego -unos 312.000 millones de euros- sus acreedores podrían reducir las tasas de interés.
Esta opción tiene sin embargo el problema de que las tasas "ya son muy parecidas a las tasas de interés con las que los acreedores se financian en los mercados", explica Frédérik Ducrozet, economista en Credit Agricole.
Desde 2012, la deuda griega está mayoritariamente en manos de Estados europeos, bien a través del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (130.900 millones) o a través de préstamos bilaterales (53.000 millones de euros).
Esto significa que estos países ya están financiando Atenas prácticamente a precio de coste, por lo que la reducción de las tasas sólo podría ser de entre 0,1 y 0,25%, según Ducrozet.
Una rebaja más importante sería en principio imposible porque el tratado de Lisboa impide que los Estados presten a una tasa inferior a la que ellos mismos toman prestado.
- Alargar el "Periodo de gracia": Otra posibilidad para aliviar la deuda sin tocar a su valor nominal (algo que los países europeos, empezando por Alemania, se niegan a hacer) sería alargar la fecha en la Grecia tendrá que empezar a reembolsar.
Actualmente este "periodo de gracia" durante el cual Atenas no tiene que efectuar reembolsos, es de unos diez años en los préstamos concedidos por los países europeos. Pero el Fondo Monetario Internacional (FMI) sugirió en un informe publicado en julio que este periodo tendría que ser de 30 años.
La propuesta no afectaría sin embargo a los préstamos a Grecia del propio FMI (21.000 millones de euros) ni a la deuda en manos de los bancos centrales europeos (23.000 millones), que tienen periodos de reembolso más cortos porque los estatutos de estas instituciones no permiten la reestructuración.
- Alargar los vencimientos: Si se alargara el periodo de gracia, automáticamente las fechas de los vencimientos de la deuda tendrían que aplazarse para evitar que los pagos se concentren en un periodo demasiado corto en el tiempo.
Hay dos maneras de alargar los vencimientos: aplazarlos en paralelo al nuevo periodo de Grecia, manteniendo las mismas fechas, o bien alargar el vencimiento de la deuda para que Grecia pudiera por ejemplo pagar en 40 años lo que en principio tenía que pagar en 30.
El vencimiento de la deuda griega (de una media de 16 años, mucho más que la media de la zona euro) ya ha sido alargado considerablemente en los últimos años pero según Frédérik Ducrozet, todavía podría alargarse más. (I)