Los nietos recuperados por las Abuelas de Plaza de Mayo empiezan a respirar más tranquilos. Atrás quedó una semana de incertidumbre y temor ante la posibilidad de encontrarse en la calle con sus apropiadores y -en algunos casos- asesinos de sus padres.

Un repudiado fallo de la Corte Suprema de Justicia que abrió el grifo a la liberación de represores por una polémica ley ya derogada encendió la alarma, pero el Congreso dejó todo en su cauce con una nueva norma aprobada casi por unanimidad (un solo voto en contra) que le puso límites a la resolución judicial.

El caso más simbólico fue el de Francisco Madariaga, nieto recuperado 101 de los 122 de la lista de las Abuelas a los que el Estado devolvió su identidad. Su apropiador, el excapitán del Ejército Víctor Gallo, condenado a 25 años por robo de bebés y otros delitos, fue el primer represor en solicitar beneficiarse con el polémico fallo de la Corte Suprema de Justicia.

El tribunal encendió todas las alarmas cuando dejó en libertad al represor Luis Muiña, condenado a 12 años de prisión, al aplicarle la derogada ley conocida como ‘2x1’ que contabiliza dos años por cada año pasado en prisión sin condena a partir del segundo año en la cárcel.

El repudio fue generalizado y concluyó con una multitudinaria marcha el miércoles en Plaza de Mayo y la aprobación en el Congreso de una ley que excluye de ese beneficio a los genocidas y culpables de delitos de lesa humanidad.

Madariaga puede ahora volver a dormir tranquilo. Gallo ya no podrá beneficiarse con el fallo de la corte en virtud del candado que le puso el Congreso. El viernes pasado el nieto 101 pidió ayuda a las Abuelas para que lo patrocine en una causa judicial en la que exigió protección ante la eventual liberación de su “apropiador”. Su temor no era infundado: Gallo lo había amenazado en el pasado. “Gallo no solo se apropió de Francisco, sino que lo amenazó de muerte en más de una oportunidad y cometió otros delitos (robo calificado y homicidio)”, resumió el abogado de Abuelas, Alan Iud.

Francisco Madariaga es hijo de Silvia Quintela, aún detenida-desaparecida. Su padre, Abel Madariaga, quien incluso trabaja hoy para las Abuelas, nunca dejó de buscarlo, pero fue su propio hijo que lo encontró en 2010 cuando se presentó en la sede de la entidad pidiendo un análisis de ADN. ¿El motivo? Sospechaba que era hijo de desaparecidos. Y era cierto. Había sido criado por su apropiador Gallo.

Francisco nació en el hospital militar de la guarnición de Campo de Mayo, en la periferia oeste de Buenos Aires, en julio de 1977. Sus padres eran miembros de la guerrilla peronista Montoneros. A su madre la secuestró un grupo comando el 17 de enero de 1977. Tenía 28 años y un embarazo de cuatro meses. Fue alojada en el centro clandestino de detención conocido como El Campito, según testimonios de sobrevivientes. En el hospital militar le hicieron una cesárea y ella bautizó a su hijo como Francisco.

Pero Gallo se lo apropió, lo anotó como propio y lo llamó Alejandro. “Fueron años oscuros”, resumió Francisco al recuperar su identidad en 2010 tras pasar su vida en el seno de una familia “violenta” acumulando “dudas”.

Madariaga afirmó que vivió dos vidas. Una junto a su apropiador que lo tenía como “un trofeo de guerra” y otra como nieto recuperado. Su infancia y adolescencia fueron un infierno. “De chiquitos no cantábamos el payaso plin plin (tradicional canción infantil), nos enseñaba canciones nazis. Si pasaba por Once (barrio tradicional judío) frenaba el auto para escupir a judíos. Un día lo encontré pegándole a mi apropiadora. Cuando lo quise frenar me gatilló tres veces en la cabeza”, contó en una entrevista con Página/12.

Agregó: “toda mi vida luché para sacarme de encima los miedos que este tipo me metió adentro del cuerpo. ¿Y ahora vienen tres tipos (de la corte) que no representan a nadie y lo dejan libre? Estas bestias no van a salir para cuidar a sus nietecitos, salen con el objetivo de meternos miedo a todos”.

“Si lo dejan libre (a Gallo) me va a ser imposible, porque me va a venir a buscar, yo lo sé. Es un psicópata. No le voy a dar el lujo, igual. Me voy a convertir en el primer exiliado (de la democracia) de este país porque no voy a vivir en el mismo suelo con ese delincuente”, afirmó. Pero Gallo no saldrá finalmente en libertad, aunque la nueva ley del Congreso no impedirá que siga libre Muiña que ya se benefició con el fallo de la corte. (I)

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León Gieco cantó a las Madres y contra la 'ley 2x1'

La multitud en la Plaza de Mayo y sus alrededores era tanta que le impidió avanzar hacia la tribuna donde debía cantar, pero el músico argentino León Gieco quiso dejar su mensaje de apoyo en la marcha contra la ‘ley 2x1’, que reduce las penas a aquellos que están en prisión preventiva sin condena firme, ya que cuenta un día como dos.

Y lo hizo de una forma particular: cantando desde un estacionamiento dos temas que dedicó a la lucha de las Madres y las Abuelas y de tantas organizaciones de derechos humanos que por más de 40 años han reclamado verdad, justicia y memoria por los más de 30.000 desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983).

En un video difundido en sus redes sociales, que fue tendencia en Twitter, Gieco apuntó que tenía previsto tocar pero, dijo, caminamos más de 20 cuadras y no pudimos llegar nunca. Decidí hacer este video desde el estacionamiento del Congreso para ustedes Abuelas y Madres.

Sacó su armónica del abrigo y se colocó la guitarra y así, desde el estacionamiento que está ubicado debajo del Congreso de la Nación, interpretó una de sus canciones más bellas y emotivas, la Memoria, convertida en un himno para aquellos que siguen reclamando justicia y que luchan contra el olvido. (I)