Hace más de una década, Wladimir, Daisy, Aída, Gerardo y miles de compatriotas más huyeron de una crisis económica que golpeó al país, cruzaron el Atlántico y aterrizaron en España, donde lograron estabilizarse económicamente. 

Pasó el tiempo y ellos fueron testigos hace tres años de otra crisis financiera mundial, que tuvo su epicentro en Estados Unidos, y que aún no cesa. ¿El resultado? El 30% de los 470 mil ecuatorianos que se encuentran registrados en la nación ibérica, es decir 141.000, se encuentra sin empleo, según la Asociación Ecuatoriana Rumiñahui. Sin embargo, las cifras de la Secretaría Nacional del Migrante en España estiman que hay alrededor de 420.000 compatriotas y unos 100.000 desempleados, 40.000 de ellos cobrando el subsidio del paro.

Desde Madrid, el presidente de la Asociación Ecuatoriana Rumiñahui, Wladimir Paspuel, quien lleva doce años en España, califica la situación actual de los migrantes como crítica y con una situación de reactivación económica muy lenta.

Según Paspuel, esto ha generado que la patronal se aproveche del migrante y pague bajos salarios: por ejemplo, en el servicio doméstico que antes se pagaba entre 700 y 800 euros, ahora se paga entre 400 y 500 euros. En el sector de la construcción habían ecuatorianos que coordinaban los equipos y ganaban sobre los 2.000 euros, ahora la oferta es de entre 800 y 1.000 euros.

El directivo ecuatoriano, de 49 años, cuestiona que durante el único debate que se realizó hace quince días ni el candidato del PP ni del PSOE toparon el tema de la migración y eso le preocupa. Paspuel destaca que desde esa perspectiva Rumiñahui y todas las organizaciones piden que los ecuatorianos sean tomados en cuenta en los planes de reactivación económica.

Afirma que los extranjeros en general quieren conocer cómo el partido que gane trabajará con ellos y con los nacionalizados de Ecuador que actualmente casi llegan a los 140.000. Uno de los problemas actuales más críticos que enfrentan los extracomunitarios son las pérdidas de sus viviendas.

Según la Coordinadora Nacional de Ecuatorianos en España (Conadee), que maneja la plataforma de hipotecas en Madrid, solo en la capital se registran 3.000 compatriotas desahuciados, es decir que han perdido sus “pisos”. Su presidenta, Aída Quinatoa, destaca a El Telégrafo que la cantidad de compatriotas perjudicados es “muchísima mayor”, pero no hay una institución que se dedique a estas tareas.

La dirigente maneja datos del Poder Judicial que estima que hasta finales de 2011, 400 mil personas habrán perdido sus viviendas porque no tienen dinero para pagar sus cuotas -parte de ellas migrantes- y en 2012, 500 mil. Es el caso de la ecuatoriana Daisy Silva (45), quien perdió su empleo hace cuatro meses y no ha podido pagar las cuotas de su casa. La compatriota, que es bióloga, considera que el panorama futuro de España no es nada alentador “gane el PSOE o el PP” porque ninguno se ha pronunciado a favor de aquellos que tienen problemas de hipotecas.

“No es que no quiero pagar, pero ¿cómo cancelo una letra de 1.030 euros si tengo un hijo que mantener y no tengo trabajo?, se pregunta Daisy tras lamentarse que si se le cierran todas las puertas tendrá que regresarse a su país. 

El representante de la Senami en España, Raúl Jiménez, destaca que otra aspiración de los migrantes es que el Congreso español pueda aprobar una ley de dación en pago para aquellos que tienen deudas hipotecarias, entre los cuales se encuentran muchos compatriotas como Gerardo Chico (57), quien lleva once años en España y más de dos años en “paro”.

Chico trabajó en el sector de la construcción, pero ahora no hay plazas, por lo que se dedica a hacer pequeños “cachuelos”, como instalaciones del servicio eléctrico. Él vive solo y también enfrenta una deuda con el banco por no poder pagar su “piso”. Con este problema, Chico plantea lo que muchos ecuatorianos piden: entregar en dación de pago su vivienda y “que lo dejen en paz”.

La crisis económica también ha obligado a recortar, en algunos casos, los recursos destinados a programas y acciones de integración y apoyo a los migrantes hasta el punto que se ha recrudecido el racismo y la xenofobia, incluso en los sitios de trabajo, enfatiza Aída Quinatoa.

Esa postura es compartida por Wladimir Paspuel al destacar que el nuevo Gobierno debería considerar un control permanente de ciertos brotes xenófobos y racistas contra los extranjeros.

Las pocas expectativas del nuevo Gobierno rodean a Quinatoa tras afirmar que es un hecho que ganará el Partido Popular (PP) y que los ecuatorianos saben -por experiencia- cómo piensa y actúa ese partido en temas de inmigración.