Los heridos en Trípoli no reciben suficiente atención
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) denunció ayer los obstáculos que afrontan los enfermos y heridos para acceder a los servicios médicos y afirmó que docenas de personas han muerto por esta razón en Trípoli.
“Los hospitales o clínicas locales necesitan suministros médicos para poder tratar a los heridos de guerra”, señaló la organización en un comunicado.
Recordó que ha repetido una y otra vez a las partes en conflicto en Libia que tienen el deber de permitir que los trabajadores sanitarios cumplan su trabajo de manera segura y que los heridos y enfermos puedan acceder a la atención médica.
Para ilustrar la dramática situación de los servicios sanitarios en Trípoli, la Cruz Roja relató que, cuando los enfrentamientos alcanzaron la localidad de Gasar Ben Gashir (sureste de la ciudad) el pasado 20 de agosto, el hospital se quedó con solo 25 empleados, entre personal médico y administrativo, mientras que más de un centenar de pacientes requería asistencia.
Dos equipos quirúrgicos de la organización llegaron recientemente a Libia para aportar ayuda a los hospitales, que también han recibido medicamentos, uniformes, equipos quirúrgicos y otros suministros esenciales del CICR.
Mientras tanto, las nuevas autoridades libias que derrocaron a Gadafi anunciaron ayer elecciones generales para dentro de 20 meses, pese a no controlar aún la totalidad del territorio.
En Gran Bretaña, el representante del Consejo Nacional de Transición (CNT), órgano ejecutivo del nuevo régimen, Guma Al Gamaty, señaló que se ha establecido una hoja de ruta precisa con un período de transición de 20 meses, un día después de que las Naciones Unidas y las grandes potencias decidieran desbloquear 15.000 millones de dólares para ayudar al nuevo poder libio a reconstruir el país.
“Durante seis meses, el CNT dirigirá Libia antes de que una asamblea elegida por el pueblo asuma el poder en el país para redactar una Constitución, y al cabo de un año (...) se celebrarán elecciones”, precisó el representante a la BBC.
En cuanto al paradero de Gadafi, Al Gamaty dijo que se esconde y está aislado. “Es solo cuestión de tiempo antes de que sea detenido, a no ser que lo maten si se resiste”, señaló.
El ex hombre fuerte de Libia manifestó su intención de seguir combatiendo. En dos mensajes sonoros difundidos por la cadena Arrai, afirmó querer lanzar una “guerrilla” y excluyó totalmente rendirse. “Preparaos para una guerra de bandas y de guerrillas, para la guerra urbana, y para una resistencia popular en cada ciudad (...) para vencer al enemigo en todas partes”, dijo en el mensaje difundido el jueves.
Con el objetivo de reorganizar el despliegue de sus fuerzas, el Consejo Nacional de Transición pidió a los combatientes de provincias presentes en la capital que vuelvan a casa porque Trípoli es libre desde el 23 de agosto, cuando lograron tomar su control.
De todas maneras, el Consejo mantiene sus tropas en algunas regiones del país, en particular en Sirte, uno de los grandes bastiones de los leales a Gadafi y ciudad natal del depuesto líder, a 360 kilómetros al este de Trípoli, y uno de los objetivos estratégicos de los partidarios del nuevo régimen.
Pero para dar una posibilidad a las negociaciones con los jefes tribales para una rendición de la ciudad el CNT prolongó una semana el ultimátum, dando de plazo hasta el 10 de septiembre a los partidarios de Gadafi para que se rindan.
Tanto en el frente como en las aldeas vecinas que ocupan, los combatientes aprovechan la semana de pausa y los tres días de celebración del Eid al Fitr, la fiesta que marca el fin del ayuno musulmán del Ramadán.
Muamar el Gadafi acusa a los países participantes en las operaciones de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) de querer colonizar Libia y apropiarse de sus recursos petroleros.
París, Londres y la Alianza Atlántica afirmaron que las operaciones militares internacionales proseguirían en tanto el dictador libio siga siendo una amenaza.