La ola de despidos, con su visible secuela de crisis y exclusión, se cuela en todas las rendijas sociales en Argentina y más en un año electoral. No solo en la calle y en el seno familiar. También en ceremonias del mundo artístico llenas de “glamour” y frivolidad.

Un ejemplo de ello se vio el domingo cuando la actriz Nancy Dupláa subió al escenario para recibir el premio ‘Martín Fierro’, que reconoce a las grandes figuras de la televisión local. Con emoción y tras recibir su estatuilla  agradeció la distinción a mejor actriz por su rol protagónico en la telenovela ‘La Leona’ y se lo dedicó a “todas esas leonas que salen a parar la olla cada mañana y que son las primeras víctimas de este año y medio de una nueva Argentina”.

Pero no se detuvo ahí. “Una Argentina -prosiguió- que cierra fábricas, que golpea a los empleados, a los obreros, y los deja sin su fuente de trabajo. A todos ellos mi cariño, mi respeto y mi emoción”.

Su denuncia tenía bases sólidas. Unos días después, la multinacional PepsiCo dejó a 500 trabajadores en la calle con el cierre de una de sus plantas en la periferia de la capital.

Pero la  marca de gaseosas no está sola en esta práctica que comenzó a generalizarse. Ese mismo día la compañía química Lanxess anunció que discontinuará su planta de la ciudad de Zárate que emplea a 150 personas.

Y hay más ejemplos. La cooperativa láctea Sancor cerró 4 plantas este año y despidió a 500 trabajadores. También la cervecera Quilmes echó a 250 empleados tras anunciar la mudanza de su Central de Servicios a México y la India. Coca Cola, asimismo, recortará el 15% de su planta administrativa.

No solo el sector privado es líder en despidos masivos. La central nuclear Atucha ya anunció que no renovará los contratos a 140 empleados. La crisis es tan grave que hasta el conservador diario La Nación, que suele acompañar las políticas del presidente Mauricio Macri, escribió que en el mundo empresarial admiten que “en las próximas semanas trascenderán más casos de ajustes de empresas textiles, metalúrgicas, de alimentos y dependientes del consumo minorista”.

¿Y qué dicen desde el gobierno? Se muestran optimistas. En un año electoral en el que se jugará el futuro de su gestión en los comicios legislativos de octubre no puede darse el lujo de ser pesimista. Incluso afirma que desde agosto pasado el país creó 108.000 empleos. Pero para la Confederación General del Trabajo (CGT) en lo que va del mandato de Macri se perdieron más de 400.000 puestos.

El empleo solo creció en la rama de la construcción de la mano de las obras públicas y el campo, un sector ayudado por el gobierno con la quita de retenciones a las exportaciones de grano impuestas por el anterior gobierno “kirchnerista”.

“Estamos viendo que en la industria del retail (comercio minorista) habrá más ajustes. Las empresas vienen sufriendo ya varios meses de tasas altas y están viendo cómo sus márgenes se achican”, dijo Miguel Angel Arrigoni, presidente de First Corporate Finance a La Nación. “Salvo la construcción, las energías renovables y el agribusiness, en los demás sectores no vemos demanda”, aseguró.

Para el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, “hay sectores que están creciendo, mientras que otros son más rezagados. Los sectores que tienen vínculos comerciales a través de la industria con Brasil siguen teniendo problemas de desarrollo, ya que el sector manufacturero, sobre todo en líneas de consumo, está muy atado al país vecino. La cadena agroindustrial, los servicios y la energía empiezan a tener impulsos significativos”, aseveró.

Pero las estadísticas hablan de un aumento importante de desempleo. En el primer trimestre de este año afectaba al 9,2% de la población, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). Es un ejército de 1,7 millones de desocupados. En el cordón industrial del Gran Buenos Aires la cifra se eleva a 11,8%. Pero eso no es todo: la subocupación afecta al 9,9% de los trabajadores.

Se trata de un claro aumento que golpea a los sectores más débiles de la sociedad. A nivel nacional en el cuarto trimestre del año pasado el desempleo se ubicó en 7,6%. El número frío marca un incremento de 1,6 puntos. Pero ese es solo un número: detrás de esa cifra hay miles de historias de pobreza, hambre y marginación. (I)