Los damnificados esperan ayuda del Gobierno mexicano
La reconstrucción en el centro y sur del México por los dos poderosos sismos registrados en septiembre pasado, con un saldo total de 465 muertos, requiere de una inversión de $ 2.500 millones, considera el presidente Enrique Peña Nieto.
En un evento público en la capital, esta semana el mandatario detalló que los dos terremotos causaron daños parciales o totales a 184.000 viviendas, lo que equivale a cerca de una ciudad de un millón de habitantes, mientras 14.000 comercios y 16.000 escuelas también resultaron afectadas.
“Es una reconstrucción que el Gobierno estima demandará una inversión del orden de 48.000 millones de pesos (unos $ 2.500 millones). Una décima parte de esos recursos provendrá del sector privado”, detalló al referirse a distintas donaciones que se han hecho dentro y fuera del país.
El pasado 7 de noviembre se cumplieron dos meses del terremoto de 8,2 grados, el más potente registrado en México en un siglo, con epicentro en el sureño estado de Chiapas que arrasó sobre todo ese distrito y el vecino Oaxaca, con un saldo de 96 muertos. Fue sentido en la mitad del país.
El 19 de septiembre, cuando Ciudad de México recordaba la devastación de otro terremoto de hace 32 años y que dejó 10.000 víctimas, se registró un sismo de 7,1 grados con epicentro en los estados centrales de Morelos y Puebla. Murieron 369 personas, la mayoría en la capital.
Los terremotos dejaron daños diversos a 1.821 construcciones consideradas patrimonio cultural, 175 establecimientos médicos y 140 carreteras en el Estado de México, Puebla, Morelos, Guerrero y Oaxaca, lo que ha empujado a sus propietarios a cobijarse en otras casas o bajo lonas.
Con pocas esperanzas
El alcalde de la capital mexicana, Miguel Ángel Mancera, señaló que una primera liberación de recursos por 1.669 millones de pesos ($ 87 millones) será para la reparación de infraestructura educativa, hidráulica, deportiva, forestal y de salud. La segunda se destinará a la reconstrucción o reparación de casas dañadas y del sector de cultura.
Sin embargo, las promesas de reconstrucción suenan lejanas, irreales, para los vecinos de los barrios más afectados de la Ciudad de México, que dos meses después del trágico terremoto siguen durmiendo en campamentos y piden más atención de las autoridades.
“Es muy triste perderlo todo de repente y no saber si vamos a recibir alguna ayuda”, manifiesta María, quien junto a otros vecinos que también quedaron sin hogar, vive en un campamento improvisado en un barrio de la popular delegación de Iztapalapa.
El temor de María no es infundado, ya que casi perdidos en la inmensidad de la capital de México todavía hay cientos de damnificados del sismo del 19 de septiembre de 1985, que viven en un laberinto de hierro y cartón de forma ‘provisional’ y siguen esperando las ayudas que les prometieron hace más de tres décadas.
Escondido en el barrio de Linda Vista, al norte de la capital mexicana, se encuentra el campamento Colector 13, donde residen más de un centenar de los llamados ‘Olvidados del 85’, hacinados en sus improvisadas viviendas en las que algunos han hecho su vida.
“Uno pierde prácticamente todo cuando vive aquí, incluso hasta la dignidad”, cuenta entre lágrimas Jeanete Morales, quien llegó al campamento cuando tenía 10 años y hoy a sus 40 comparte un espacio en esta colonia con 11 familiares.
Alfredo Villegas vive en otro de los 260 alojamientos provisionales otorgados por el Gobierno mexicano a quienes perdieron sus bienes en el terremoto de 1985. Miden 6 por 3 metros y están hechos con láminas de aluminio.
En uno de los pasillos laberínticos del campamento, Villegas, de 36 años, recuerda que llegó al lugar a la edad de 4 años, desde entonces su vida se ha acoplado -pero no acostumbrado- a las dificultades. Señala que hay enfermedades constantes, que las láminas se enfrían mucho en el invierno y en épocas de calor se convierten en “asaderos de humanos”. La situación se agrava porque las autoridades no les permiten contratar luz ni agua.
Estas familias -alrededor de 40- denuncian el abandono del Gobierno. “Nos han dejado en el olvido, ya pasaron 32 años. Espero que no les pase lo mismo a ellos”, comenta Ana Durán, refiriéndose a los nuevos damnificados que dejaron los terremotos de septiembre pasado.
Magdalena Hernández, quien recientemente perdió su vivienda en la colonia Condesa, mostró preocupación de que, por la cercanía de la celebración de las elecciones presidenciales de 2018, los políticos se olviden también de ellos.
La labor de los equipos de socorro mexicanos y extranjeros fue vital para rescatar a decenas de sobrevivientes que quedaron atrapados entre los escombros. Foto: AFP
Datos
México se encuentra en un área en forma de herradura con alta actividad sísmica que se conoce como el Cinturón de Fuego del Pacífico, que une a América con Asia.
Además de México, esta región -denominada también Cinturón Circumpacífico o Anillo de Fuego- incluye a Japón, Ecuador, Chile, Estados Unidos, Perú, Bolivia, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala y parte de Canadá, por un lado del océano. (I)