Los comicios de Honduras son cuestionados por la reelección
Este domingo casi seis millones de hondureños están llamados a las urnas para elegir a sus representantes nacionales: presidente, diputados al Congreso (128), diputados al Parlamento Latinoamericano (20), alcaldes (298), vicealcaldes (298) y regidores (2.092). Pero la novedad de esta jornada electoral es que por primera vez un presidente busca ser reelegido.
Aunque la reelección en Honduras está prohibida en la Constitución vigente, un fallo de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema, ante un recurso presentado por diputados cercanos al presidente actual, Juan Orlando Hernández, le permitió volver a lanzarse con su Partido Nacional (PN).
No obstante, su carrera está bloqueada por ocho candidatos, entre ellos destacan Salvador Nasralla, de la izquierdista Alianza de Oposición contra la Dictadura; y Luis Zelaya, del derechista Partido Liberal (PL), que con el PN son los partidos tradicionales de Honduras. Ellos acusan al mandatario de violentar la Constitución, alertaron sobre la posibilidad de fraude y anunciaron que solo reconocerá los resultados del conteo manual.
Por su parte, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirmó un contingente de 1.000 veedores internacionales, más de 15.000 nacionales y 16.000 delegados electorales. Además la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE) acreditaron a 200 representantes por separado. Pero, ¿por qué son tan importantes estos comicios para los veedores internacionales?
Honduras es uno de los tres países que conforman el llamado Triángulo Norte de Centroamérica que por su proximidad a Estados Unidos y América del Sur tiene un alto potencial logístico.
Esta es la razón por la que el gobierno de Donald Trump aprobó $ 460 millones para la zona, que aunque representa un recorte de $ 200 millones respecto a lo dispuesto para 2017 por Barack Obama, empodera a Washington a seguir con sus programas de ‘inversión’ a través del ‘Plan Alianza para la Prosperidad’ cuya ejecución dentro de Honduras es posible por el gobierno de Juan Orlando Hernández de corte pro-americano.
Crismar Lujano explicó al portal nuevatribuna.es que resulta evidente el interés de Estados Unidos en estas elecciones, pues por su política de injerencia económica le conviene mantener al frente de la presidencia al mismo líder que en los últimos años abrió la puerta y dio rienda suelta al desarrollo de un modelo alineado con las órdenes del exterior y que por resultados solo exhibe un crecimiento empobrecedor.
En su repaso general sobre el gobierno de Juan Orlando Hernández, Lujano cifra que la pobreza es más grave en el área rural (62,9%) donde uno de cada cinco hondureños sobrevive con menos de $ 2 diarios. A esto le agrega que Honduras ocupa el quinto puesto de los países de América Latina con la tasa más alta de desempleo, el 7,4.
“No hay crecimiento sano y sostenible sin diversificación de fuentes de ingresos y sin el diseño e implementación de políticas públicas que consecuentemente atiendan el tema de la redistribución”, especifica el analista.
Con esta visión se presenta Salvador Nasralla, candidato por la Alianza de Oposición contra la Dictadura, quien promete crear un modelo económico alternativo con enfoque productivo y generador de riquezas potenciales para Honduras.
Desarrollar nuevo programa de matrícula estudiantil, garantizar los servicios de salud pública, vivienda, además de impulsar la producción agropecuaria, son los ejes de sus promesas de campaña. (I)
Votaciones
No hay segunda vuelta
→De nueve candidatos, solo tres tienen posibilidades. Nunca antes tantos aspirantes optaron a la presidencia. En Honduras no hay segunda vuelta electoral y gana el aspirante que obtenga más votos.
→35 mil efectivos de las Fuerzas Armadas y de la Policía tienen instrucciones de garantizar la paz.
Especulan fraude
→Los dos aspirantes opositores acusan al Tribunal Supremo Electoral (TSE) de tener preparado un fraude, la entidad lo niega.