Londres: presencia de príncipe Guillermo en Malvinas es "rutinaria"
El ministro británico de Defensa, Philip Hammond, consideró este viernes "rutinaria" la misión de seis semanas del príncipe Guillermo en las islas Malvinas, ante el clima de tensiones existente con Argentina por la soberanía del archipiélago.
“Es un piloto de búsqueda y rescate en un despliegue de rutina”, precisó Hammond a su llegada a Bruselas para participar en una reunión de la OTAN.
Para el gobierno británico, la participación del duque de Cambridge en entrenamientos militares en las Malvinas no debería crear fricción con Buenos Aires porque, según Londres, cumple “una función humanitaria en labores de salvamento”.
Pero la estancia de seis semanas de Guillermo coincide con una escalada verbal entre Reino Unido y Argentina ante el inicio de las exploraciones petroleras británicas en la litigada zona.
Los argumentos argentinos se basan en la explotación de los recursos naturales de la plataforma suramericana por manos británicas, que toman como punto de partida a las disputadas Malvinas.
Todo ello enmarcado dentro de un conflicto histórico mayor que recoge el reclamo centenario de Argentina sobre la soberanía de ese territorio suratlántico, ocupado por el país europeo desde 1833 y que derivó en una guerra entre ambos Estados en 1982.
Por tal motivo, la presencia en las islas del nieto de la reina Isabel II y segundo en la línea de sucesión al trono, resulta particularmente sensible para Buenos Aires, sobre todo al aproximarse en abril el aniversario 30 de la confrontación bélica que costó la vida a 649 argentinos y a 255 británicos.
"El pueblo argentino lamenta que el heredero real arribe a suelo patrio con el uniforme del conquistador y no con la sabiduría del estadista que trabaja al servicio de la paz y el diálogo entre las naciones", denunció esta semana la cancillería argentina.
El pasado mes, el primer ministro británico, David Cameron, acusó de colonialismo a la nación suramericana y actualizó los planes de defensa de las Malvinas ante “un eventual ataque argentino”.
Como era de esperar, el Estado austral rechazó por ofensivas tales declaraciones e insistió en su legítimo derecho a las islas, al tiempo que instó a Londres a acatar la resolución de Naciones Unidas para la búsqueda de una salida pacífica negociada al conflicto, opción históricamente rechazada por los europeos.
En ese sentido, el gobierno británico anunció el despliegue de más tropas en el militarizado archipiélago y comunicó el envío de uno de sus buques más modernos, el “HMS Dauntless” en sustitución de la fragata “HMS Montrose” en coincidencia con un alza de las tensiones a ambos lados del Atlántico./PL