ESPECIAL FIN DE AÑO
“Lo único que se puede esperar y pedirle a Papá Noel es llegar al próximo año sin una crisis”
Argentina termina 2014 en medio de un complejo panorama económico signado por elevada inflación, falta de dólares y una pelea con los “fondos buitres” de consecuencias imprevisibles, pero paradójicamente con una fuerte recuperación de la imagen positiva de su presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que ingresó en el último año de su segundo mandato.
El gobierno “kirchnerista” supo sacar provecho político del traspié sufrido en la justicia estadounidense que falló a favor de los llamados “holdouts” y ordenó al país austral pagarles $ 1.650 millones. La mandataria no acató la resolución y el país cayó en “default técnico”, pero está cerca de cumplir el objetivo de estirar hasta el año próximo cualquier acuerdo, ya que a fines de diciembre vence una cláusula que la obligaría a darle un trato igualitario a los acreedores que aceptaron quitas de hasta el 60% en los canjes de deuda de 2005 y de 2010.
Es decir, si Argentina paga antes del 31 de diciembre la totalidad de la deuda en poder de los “fondos buitres”, como ordenó el juez de Nueva York Thomas Griesa, el país debería desembolsar otros miles de millones de dólares a los bonistas que en su momento negociaron con el gobierno.
Esta inflexible posición del ejecutivo marcó un aumento en la popularidad de la presidenta, coinciden analistas. Hoy, Cristina Fernández de Kirchner tiene una imagen positiva de más del 50%, de acuerdo a la última encuesta de la consultora Ibarómetro.
Ignacio Ramírez, su director, dijo que “el kirchnerismo se ha convertido en un rumbo, modelo o proyecto. Alrededor de la mitad de los argentinos lo asocia con determinados valores y orientaciones, es decir, le reconocen una hoja de ruta: inclusión, Estado presente, gestualidad valiente y soberanía”.
Pero indudablemente la economía le ha dado este año un fuerte dolor de cabeza al gobierno. La pregunta que surge en este final de mandato, en un 2015 que los argentinos elegirán a su nuevo presidente, es si el gobierno se animará a tomar el toro por las astas o mantendrá el “estatus quo”, para no arriesgar capital político, que le abra el camino a una sucesión presidencial en las elecciones de octubre próximo.
El economista Aldo Abram, director ejecutivo de la fundación Libertad y Progreso, dice a EL TELÉGRAFO que “hacer la plancha (flotar en el agua de espaldas sin nadar) es el objetivo del gobierno para dejarle los problemas al próximo presidente. Lo único que se puede esperar, y pedirle a Papá Noel, es llegar al próximo gobierno sin una crisis”. Y agrega: “eso es lo máximo que le podemos pedir al 2015. Será un año complicado y con recesión”.
La carencia de dólares y los “fondos buitres” serán 2 puntos clave. El gobierno buscará financiamiento con inversiones en sectores como minería, telecomunicaciones o en el yacimiento petrolífero de Vaca Muerta, en la Patagonia. Incluso ya apeló al circuito financiero, con la emisión de 3.000 millones en bonos, a un elevado costo de 9,7% anual. Pero solo consiguió 286 millones. “La Argentina no está desesperada por conseguir dólares”, minimizó el ministro de Economía, Axel Kicillof.
Las reservas están en $ 28.000 millones (llegaron a 50.000 millones hace 3 años- después de que un swap (intercambio) acordado con China permitió elevarlas en 814 millones. En 2015 el país deberá afrontar vencimientos de deuda por $ 12.000 millones. Todo en un contexto de alta inflación que ronda el 30% anual. Pero Kicillof, a pesar de las críticas y pronósticos de crisis económica y social de la oposición, afirma que “los argentinos estamos acostumbrados a las profecías de catástrofes que no ocurren”.
(Marcelo Izquierdo/ Corresponsal en Argentina)