Los mandatarios de las potencias internacionales llegaron este jueves 29 de noviembre a Buenos Aires para participar en la cumbre del G-20.

Es la primera vez que Sudamérica es sede del principal foro internacional para la discusión de temas económicos, financieros y políticos.

El grupo, que participará en la cumbre este viernes 30 y sábado 31 de noviembre, está compuesto por representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Unión Europea (UE) (como ente) y 19 países, como Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.

Es decir, juntos representan el 85% del producto bruto global, dos tercios de la población mundial y el 75% del comercio internacional.

No obstante, el mandatario que estará en la mira de la prensa será el de Estados Unidos, Donald Trump, por  su cena privada con el presidente de China, Xi Jinping, que se realizará este viernes 30 de noviembre en un lugar secreto.

China y Estados Unidos mantienen una guerra comercial que pone en duda la confianza en el sistema de comercio internacional y que ha afectado monetariamente a varios países, sobre todo a los de la UE. Además, Trump tendrá encuentros privados con los líderes de Rusia, Alemania, Turquía, Japón, Corea del Sur, India y Argentina.

Argentinos no ven beneficios

De acuerdo con un sondeo de la consultora Management and Fit, el 54% de los argentinos no cree que la cumbre del G-20 pueda tener algún beneficio para el país.

El sondeo revela que el 47,6 % escuchó o leyó “algo” sobre la cita, mientras el 20% ni siquiera está al tanto.

“El G-20 es una preocupación de élite, no de sectores significativos de la opinión pública. Por eso no creo que el G-20 pueda aportar un beneficio o generar una crítica directa al gobierno de Mauricio Macri”, dijo el politólogo Andrés Gilio, director de la consultora Opina.

El analista político Jorge Arias, de la consultora Polilat, coincide en que “la cumbre es ajena a la realidad y a la situación del argentino medio. La sociedad está muy enfrascada en sus propios problemas. La crisis económica azota fuerte”.

Sin muchas expectativas positivas, para muchos argentinos esta cumbre implicará un par de días de inactividad en una capital sitiada por 20.000 agentes de seguridad (con un costo de $ 43 millones), dos jornadas menos de trabajo, producción y ventas que afectarán más a sus bolsillos. (I)