Lima.-

Dos militares y un policía murieron durante los combates con una columna del grupo armado Sendero Luminoso para liberar a 36 trabajadores en el sureste de Perú. Los cuerpos de los fallecidos llegaron ayer al aeropuerto militar de Lima, donde autoridades les rindieron honores.    

Las víctimas fueron identificadas como el suboficial de la Policía, Lander Tamani Guerra, y los suboficiales del Ejército, Juan Navarro Calle y Constantino Ramos Beteta. A estas tres muertes se suma la de la capitana de la Policía, Nancy Flores, quien pereció el jueves pasado en un ataque de los subversivos.

Diversas informaciones de la prensa local señalan que la guerrilla sufrió al menos dos bajas, aunque no se descarta que estas pueden ascender conforme pasen las horas y se conozcan más detalles del rescate que se realizó  en una zona de la selva, a más de 500 km al sureste de Lima. Los ataques entre los dos bandos dejaron, además, un número indeterminado de heridos, según la prensa local, pero en medios del gobierno existe mutismo y reserva.

Los féretros con los cuerpos fueron recibidos ayer con honores en la Brigada de Aviación del Ejército de Perú en el Callao, provincia aledaña a Lima. El presidente del Consejo de Ministros, Óscar Valdés, y los ministros de Defensa, Alberto Otárola, y del Interior, Daniel Lozada, presidieron la ceremonia de reconocimiento.

Las víctimas fallecieron en el denominado operativo Libertad, realizado el sábado en la provincia de La Convención para liberar a los 36 trabajadores de la empresa sueca Skanska y de la peruana Construcciones Modulares, secuestrados desde el lunes pasado cerca del yacimiento gasífero de Camisea, en el centro poblado de Kepashiato, en la zona del Valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE), lugar selvático remoto y de difícil acceso, donde operan remanentes del grupo terrorista Sendero Luminoso y mafias del narcotráfico.

Los rehenes fueron liberados por sus propios captores en la madrugada del sábado y tuvieron que caminar siete horas a través de la selva para llegar a un poblado con teléfono para comunicar su libertad.

Los trabajadores peruanos de las empresas vinculadas al consorcio de gas de Camisea que permanecieron secuestrados desde el lunes  dijeron que no fueron maltratados durante su cautiverio. “No hemos sufrido maltratos, nada, solo desesperación”, señaló uno de los trabajadores liberados a Canal N.

Otro de los ex rehenes indicó que los han tratado bien y que comían una vez al día. El Ministerio de Defensa confirmó en un comunicado que no se pagó por el rescate de los trabajadores, como exigían en un primer momento los secuestradores, y que la liberación se produjo por la “enérgica presión” del comando unificado del Ejército y la Policía.

El Gobierno declaró, el pasado miércoles el estado de emergencia (excepción) en la provincia de La Convención, donde se produjo el secuestro, y el envió de 1.500 militares para “aislar” a los secuestradores, a los que calificó de narcoterroristas.