Latinos se capacitan para enfrentar ley migratoria
Paulina (nombre ficticio) nació en Costa Rica hace 40 años, pero hace diez llegó con su esposo y su hija a Alabama en busca de trabajo, ya que en su país estaba escaso.
Ellos lograron estabilizarse económicamente en Estados Unidos y hace cuatro años llegó un nuevo miembro a la familia, el único documentado, pues los tres son ilegales, por lo que se convierten en blanco perfecto de la ley migratoria HB56 promulgada el pasado 28 de septiembre en este estado.
En una entrevista con El Telégrafo, la mujer cuenta que la aprobación de la HB56 le ha cambiado la vida. Anda nerviosa porque siente que en cualquier momento un policía puede detenerla y pedirle su licencia. Con el temor a cuestas, su esposo, quien se dedica a pintar viviendas, y ella, decidieron informarse para saber qué hacer en caso de ser detenidos y optaron por hacer un poder para autorizar a unos amigos de Costa Rica que se encarguen de sus hijos en caso de que ellos sean detenidos. “Lo más duro de todo es que mi pequeño no conoce a nadie allá”, lamenta.
El pánico que siente Paulina no se diluye ni con la resolución de una Corte Federal de Apelaciones de Atlanta que bloqueó parte de la ley, debido a que mantiene intacto el apartado que contempla que la Policía puede detener a inmigrantes sospechosos de vivir sin documentos en EE.UU., por lo que algunas familias han optado por abandonar Alabama. Sin embargo, el fallo evitó que las escuelas públicas verifiquen el estatus migratorio de los alumnos. Pese a eso, la hija de Paulina, quien tiene ahora 18 años, no puede seguir estudiando por temor a ser detenida.
La decisión de la Corte ocurrió luego de que el Departamento de Justicia estadounidense y una coalición de organizaciones civiles apelaran para solicitar que se bloqueara la legislación, la más rígida adoptada en el país contra los indocumentados. Las otras que se han aprobado han sido en Georgia, Utah, Indiana y Arizona.
El bloqueo será temporal, a la espera de varias resoluciones judiciales cuyo fallo definitivo se conocerá en algunos meses.
Xiomara Corpeno, representantes de Chirla (Coalición para los Derechos Humanos de los Migrantes en Los Ángeles), aplaude lo que hizo el el Departamento de Justicia, pero a su vez cuestiona que Migración siga deportando gente. La Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (ICE) ha expulsado este año fiscal a más de 397 mil “sin papeles”. “Tenemos dos entes del Gobierno que actúan de diferente manera”, critica.
Sin embargo, para estar prevenidos, organizaciones y coaliciones pro migrantes se han unido para capacitar sobre qué hacer en caso de una detención a los indocumentados como Paulina, que suman aproximadamente 120.000, según datos proporcionados por el director del Pew Hispanic Center, Mark López.
Corpeno explica a este Diario que Chirla realiza talleres con los inmigrantes de Alabama. La coalición tiene un video que se llama “Conoce tus derechos”, el mismo que muestra diversos escenarios a los asistentes.
La cinta destaca dos puntos importantes: uno de ellos es que la persona es inocente hasta que se compruebe su culpabilidad.
La activista manifiesta que otra herramienta poderosa en contra de la deportación es el derecho de permanecer en silencio hasta que llegue un abogado. “El migrante no tiene que incriminarse a sí mismo, él debe quedarse callado”, resalta la activista.
Otra forma de actuar que se enseña y que circula a través de YouTube es que el indocumentado no tiene que dejar entrar a nadie a casa a menos que tenga una orden de arresto, la misma que tiene que estar suscrita por un juez, caso contrario la persona no debe firmar ningún documento. Corpeno indica que si un inmigrante va manejando y la Policía lo detiene, lo que no debe hacer es mostrar documentos falsos y reitera que la persona tiene derecho a mantenerse en silencio.
Elizabeth Brezovich, directora de la Coalición a Favor de la Justicia para los Inmigrantes en Alabama, comenta a este diario que la aprobación de la HB56 ha generado pánico entre los ilegales, pero a su vez los ha hecho organizarse mejor.
Brezovich señala que ahora están dando más talleres y charlas, y entre las agrupaciones que apoyan se encuentran también las iglesias y otras coaliciones que entran en contacto con las personas y las orienta. American’s Voice es una de ellas, que trabaja con la Coalición de Alabama.
La activista María Ponce, de American’s Voice, cuenta que lo que ha percibido entre los extranjeros sin papeles de este estado es mucha tensión, por lo que su objetivo es ayudarlos.
Lo que más le ha impresionado a Ponce es que ha tenido que tratar con familias mixtas, es decir formadas por padres ilegales e hijos ciudadanos -como es el caso de Paulina- que no saben qué hacer. Pero su trabajo es darles a conocer sus derechos y disminuirles el temor que la HB56 les hace sentir.