Los casos de agresión canina a niños y adultos son más frecuentes de lo que se cree. Sin embargo, esto se debe a los comportamientos inadecuados que tienen las personas con respecto al lenguaje corporal de los perros, ya que, este siempre advierte como se sienten en una determinada situación.

No existen razas de canes peligrosos sino que todo depende del ambiente en el que se desarrolle, es decir: la educación, la crianza, entre otros aspectos.

Además, la peligrosidad de un animal está dada por la potencia de la mordida y su tamaño.

La etapa sensible o “imprinting” durante los primeros meses de vida, lo marcará para siempre. Esto significa que, si el cachorro fue sometido a acciones violentas o no se lo integró de manera adecuada a su ambiente, es muy probable que nunca se sienta confiado de convivir con otros perros o gente.

¿Qué hacer frente a un perro agresivo?

Como cualquier especie, cuando los perros perciben una situación de amenaza, quieren aparentar ser más grandes de lo que en realidad son.

En estos casos, el cuerpo junto con un pelaje erizado va a estar rígido, estirado e inclinado hacia adelante.

En el caso de recibir el ataque de un perro se recomienda:

• Alejar las extremidades.
• Poner un brazo por delante para hacer bloqueo.
• Esconder el otro brazo por detrás de la espalda.

De esta manera, el perro no podrá colgarse del brazo y reducirá los daños del ataque.