El presidente declarará en emergencia a piura
Las lluvias destruyeron el 20% de la infraestructura vial de Perú
Un país de regiones aisladas. Perú vive una de las tragedias más grandes de los últimos 50 años. De acuerdo con los últimos reportes del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), organismo encargado de enfrentar la emergencia, las lluvias y los desbordes de ríos han causado hasta hoy 91 muertos.
Saldos adicionales hay muchos. El 20% de la estructura vial, por ejemplo, habría sido devastado por la fuerza del agua. Vías principales, secundarias y senderos, desaparecieron, en una parte o totalmente, dejando sin conexión las ciudades, comunidades y caseríos que dependen de ellas.
La Panamericana Norte, por ejemplo, registró, hasta el día de ayer, cortes entre sus kilómetros 611 y 612 por el desborde del río Chicama, en la región La Libertad. Esto no significa solamente agua, miles de litros de agua, sobre la superficie de asfalto, sino decenas de autos atrapados entre la corriente, decenas de otros tantos vehículos empujados por la marea.
De acuerdo con el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), institución especializada en la medición térmica en el país, las lluvias se extenderán de forma intensa hasta abril, teniendo especial énfasis en la parte norte.
Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, son algunos de los departamentos del norte que se preparan para resistir, una vez más, los embates de las precipitaciones.
De acuerdo con Martín Vizcarra, vicepresidente del país y ministro de Transporte y Comunicaciones, este nivel de daño en las carreteras será superado, con suerte, en un par de años. La proyección implica reconocer una realidad: la falta de celeridad, en distintos estratos públicos, para la ejecución de obras.
En Perú, el 15% de las carreteras está en manos de los municipios. Los niveles de ejecución para facilitar su puesta en funcionamiento, nuevamente, se proyectan lentos, como todo lo que sigue a un desastre de esta magnitud.
En Lima, donde el Senamhi descartó nuevas lluvias y descenso de huaicos, bloques de lodo, piedras y agua, que a inicios de este mes arrastraron decenas de casas y personas, el corte de las carreteras se siente en distintos aspectos. La especulación y el sobreprecio en los mercados es la otra cara más visible de la tragedia. Limón, cebolla y frutas son elementos destinados al consumo mínimo, casi exclusivo.
Otro frente sensible de este problema es el transporte. Hasta ayer, apenas una de las decenas de compañías que viajan al norte reanudó el servicio hacia la ciudad de Trujillo. Pero los buses que van hasta Piura, Máncora, Sullana y Tumbes, así como las rutas que llegan a Guayaquil, en Ecuador, siguen suspendidos.
La única posibilidad es la movilización aérea. Los precios de movilización hasta Piura o Tumbes ahora oscilan entre $ 30 y $ 100, por la emergencia.
Por su parte, el presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, viajó este martes a Piura para evaluar el alcance de las inundaciones. Anunció que la región será declarada en emergencia y que unas 10.000 personas del distrito de Catacaos necesitan refugio temporal.
Las lluvias e inundaciones en el país dejaron más de 122.000 damnificados, de los cuales 20.000 son reportados en Piura. (I)