Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron hoy los nombres de dos policías y un militar secuestrados que se proponen liberar, junto a tres policías previamente identificados, en una fecha aun no determinada.

El anuncio, hecho por el portavoz internacional de las FARC, "Iván Márquez", en un vídeo colocado en la web de la mayor y más antigua guerrilla colombiana, fue recibido con alegría pero también cautela por los familiares de los policías César Augusto Lasso y Carlos José Duarte y del militar Luis Alfonso Beltrán, secuestrados los dos primeros en 1999 y el tercero en 1998.

El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, advirtió hoy de que las FARC pueden utilizar como "mercancía política" a estos rehenes y se mostró partidario de no dilatar el proceso de liberación.

"Dígannos dónde están y vamos por ellos hoy mismo, hoy mismo", subrayó Pinzón.

Tras conocer la noticia, Virginia Franco, madre del sargento Beltrán, uno de los incluidos en la lista de las FARC, confió, en declaraciones a Efe, en que el anuncio se concrete.

"Ojalá que esto sea una realidad, que sea lo más pronto posible, que no haya tropiezos", manifestó Franco, cuyo hijo fue secuestrado el 3 de marzo de 1998 y es de los seis que las FARC han anunciado que van a liberar el que lleva más tiempo en cautiverio.

La última prueba de vida de Beltrán la recibió su madre hace casi cuatro años, el mismo tiempo que lleva sin noticias Natalia, hija del subintendente de la Policía Duarte, cautivo desde el 10 de julio de 1999.

"Estoy muy nerviosa, pero también muy contenta y muy emocionada", expresó a Efe por teléfono esta joven de 17 años.

Duarte es uno de los cuatro policías secuestrados en Puerto Rico (centro-sur de Colombia) en 1999 que siguen en poder de las FARC.

Los otros tres son precisamente los que la guerrilla incluyó en diciembre en una lista de próximos liberados: los sargentos José Libardo Forero y Jorge Humberto Romero, y el intendente Jorge Trujillo Solarte.

El sexto uniformado que será liberado de acuerdo con "Iván Márquez", alias de Luciano Marín Arango, es el sargento de Policía Lasso, cautivo desde el 1 de noviembre de 1998.

"Nuestras familias lloran ahora de alegría y dejan atrás las lágrimas de dolor por los más de doce años de secuestro de ellos", afirmó hoy a Efe la presidenta de la Asociación Colombiana de Familiares de Miembros de la Fuerza Pública Retenidos y Liberados por Grupos Guerrilleros (Asfamipaz), Marleny Orjuela.

La activista también consideró que es el momento para que el presidente Juan Manuel Santos y el ministro Pinzón autoricen la logística que Brasil ha facilitado en anteriores misiones humanitarias de recepción de rehenes.

Los operativos anteriores de entrega de rehenes han sido coordinados por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y han estado encabezadas por la excongresista Piedad Córdoba, líder del grupo civil Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP), aceptado por las FARC como mediador.

Santos y Pinzón "deben hacer a un lado el orgullo militar y político", consideró Orjuela al recordar que el ministro dijo hace poco que los helicópteros para la misión iban a ser colombianos, algo que Pinzón reiteró hoy ante la prensa.

El ministro dijo también que ya se reunido con el CICR y que buscará que "los protocolos que correspondan puedan avanzar de la manera apropiada".

Mientras, el portavoz del CICR en Colombia, Pascal Jequier, negó a Caracol Radio que Cuba haya tenido alguna injerencia en la evolución de este nuevo proceso humanitario.

Jequier aludió a versiones periodísticas que relacionaron la presencia de Córdoba en el país caribeño, adonde viajó en misión periodística para el canal Telesur.

En el video, el portavoz de las FARC dijo que quedaban a la espera de "la divulgación de los protocolos de seguridad".

"Son indispensables para una liberación sin sobresaltos", afirmó "Iván Márquez", quien dijo que la guerrilla no quiere que "el Gobierno se embarque en la aventura de un nuevo rescate militar como el que -dijo- produjo la innecesaria e injustificada muerte de cuatro uniformados que iban a ser liberados el pasado 26 de noviembre en el Caquetá".

Se refirió así a tres policías y un militar que fueron ejecutados por los guerrilleros en represalia por un supuesto intento de rescate.

Con la muerte de esos tres son once los miembros de las Fuerza Pública que siguen cautivos, incluidos los seis que se han comprometido a entregar. EFE