Los excombatientes se mantienen en asambleas permanentes
Las FARC cumplen 53 años de instauración enfrentando los escollos de un proceso de paz
Las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) conmemorarán mañana su 53 aniversario con la certeza de que será el último como organización guerrillera, a pesar de los escollos políticos y judiciales que enfrentan los acuerdos de paz y de los retrasos en su implementación.
Precisamente, el mensaje central de las FARC en su 53 aniversario será que, aún en medio de la crisis que vive el proceso de paz, esa guerrilla tiene la decisión ‘indeclinable’ de cumplir los acuerdos firmados con el gobierno en noviembre pasado y de culminar su proceso de desarme, el cual dio inicio en marzo pasado.
El mismo comandante en jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’, adelantó que esta será “la última conmemoración en armas” del grupo insurgente fundado el 27 de mayo de 1964 por Manuel Marulanda Vélez, ‘Tirofijo’ y 47 campesinos comunistas más, en el caserío de Marquetalia, unos 250 kilómetros al suroccidente de Bogotá.
El historiador Carlos Medina Gallegos, un experto en el conflicto armado colombiano, dice a EL TELÉGRAFO que “claramente las FARC tomaron la decisión de terminar la guerra y han avanzado de manera metódica y sistemática en su incorporación al ordenamiento institucional y constitucional del país”.
Por ello, agrega, “estoy absolutamente convencido de que las FARC van a conmemorar su 53 aniversario como su último aniversario en armas”.
El profesor de la Universidad Nacional de Colombia señala que acaba de realizar un recorrido por algunas de las 26 zonas donde están concentrados 6.884 guerrilleros que ya iniciaron la entrega de su armamento individual a una misión de Naciones Unidas.
“Ahí me percaté de que los guerrilleros y milicianos están trabajando en su reincorporación a la vida civil, no obstante de la incertidumbre que aún les generan todos los retrasos en la implementación de los acuerdos y la decisión de la Corte Constitucional de someter a la revisión del Congreso las leyes para hacer la paz” asegura Medina Gallegos, un conocedor a fondo de la historia de las FARC.
Y es que la semana pasada, la Corte Constitucional emitió un fallo que autoriza al Congreso a modificar las iniciativas de ley presentadas por el gobierno para poner en marcha lo pactado con las FARC. Esto significa que el Senado y la Cámara de Representantes pueden terminar transformando los acuerdos de paz a través de leyes que no respondan a los compromisos que asumieron las partes.
De hecho, este sábado la conmemoración del 53 aniversario de las FARC se hará cuando los excombatientes de la agrupación ubicados en las 26 zonas del desarme cumplen 10 días en ‘asamblea permanente’ con el propósito de revisar ‘esta situación adversa’.
Las deliberaciones, sin embargo, no impedirán que los ‘farianos’ festejen su último aniversario como organización armada. En cada una de las zonas de desarme habrán actos conmemorativos de la fecha y en Marquetalia, el caserío donde ‘Tirofijo’ y el ideólogo comunista Jacobo Arenas fundaron las FARC, habrá una fiesta popular.
La paz cuesta arriba
Una fuente consultada por este diario que participa en la implementación de los acuerdos de paz señala que los guerrilleros de las FARC en proceso de desarme tienen motivos para sentirse inquietos.
“Muchos están descontentos. En las zonas veredales (del desarme) hay deserciones todos los días. Los campamentos no están terminados, la gente lleva tres meses viviendo entre el barro, falta muchísima cobertura de salud, el proceso de amnistías a los guerrilleros presos marcha muy lento y ahora la Corte está abriendo las puertas a que el Congreso modifique los acuerdos”, explica.
De las 26 zonas veredales, solo una está totalmente terminada, ocho presentan un avance menor al 50% en las obras (dormitorios, áreas comunes, oficinas) y solo seis están a punto de concluir.
Además, la seguridad de los guerrilleros y milicianos desmovilizados está en duda por el asesinato de dos de ellos -Luis Alberto Ortiz Cabezas y José Huber Yatacué Mestizo- y de ocho de sus familiares y hay una ola de crímenes contra dirigentes sociales involucrados en la implementación de los acuerdos de paz. Este año han matado a 30.
Y adicionalmente, el proceso de amnistías e indultos para los 2.500 guerrilleros que están encarcelados avanza con demasiada lentitud. No llegan a 500 los que han recobrado su libertad.
Como telón de fondo, importantes segmentos de la sociedad colombiana muestran indiferencia o escepticismo frente a los acuerdos que pusieron fin a una guerra de 52 años.
Según la firma Gallup, el 57% de los colombianos considera que la implementación de los acuerdos con las FARC va por mal camino y dos terceras partes creen que esa guerrilla no cumplirá sus compromisos.
Lo cierto es que, a pesar de todo, los excombatientes concentrados en las zonas veredales ya han entregado más de 1.000 armas individuales a una misión de la ONU, así como un listado de 949 caletas ocultas en la selva donde está almacenado el armamento pesado.
Según los acuerdos, el proceso de desarme deberá concluir el 30 de este mes, pero las FARC están solicitando una ampliación de ese plazo al gobierno por los retrasos en la implementación y por la incertidumbre que generó entre la tropa el fallo de la Corte Constitucional.
Y, desde luego, ese tipo de contratiempos son munición política para el expresidente Álvaro Uribe y su partido, el Centro Democrático, críticos acérrimos del acuerdo firmado por el presidente Juan Manuel Santos con esa guerrilla.
Uribe y sus partidarios desarrollan una intensa campaña contra lo negociado con las FARC y han advertido que, de ganar las elecciones presidenciales en 2018 -lo cual es posible, según las encuestas- someterán a revisión ese pacto.
Según el exministro del Interior de Uribe, Fernando Londoño, de llegar al poder “el primer desafío del Centro Democrático será el de volver trizas ese maldito papel que llaman el acuerdo con las FARC”.
Otra mala noticia para la paz es la baja popularidad del presidente Santos, que solo llega al 26% en la encuesta Gallup. Ese nivel contrasta con el reconocimiento que tiene el mandatario a nivel internacional. Fue el Premio Nobel de la Paz en 2016.
El politólogo Juan Gabriel Gómez Albarello afirma que “por desgracia, el Nobel no le sirve a Santos para manejar la política interna y para blindar los acuerdos de paz”.
El profesor de la Universidad Nacional advierte que “este es un momento muy grave para la paz por todos los elementos que conspiran en su contra y porque la capacidad del presidente para convocar a la sociedad colombiana a respaldar el cumplimiento de los acuerdos es mínima”.
Considera que “una sociedad como la colombiana debería estar celebrando que estamos haciendo este salto a la paz, pero hay mucho resentimiento hacia las FARC, muchas sospechas, y la extrema derecha ha contribuido mucho con generalizar la idea de que esta es una paz con impunidad”.
Es un hecho que el 53 aniversario de las FARC llega en momentos de gran complejidad política, pero, paradójicamente, nada indica que los escollos que han entorpecido la implementación de los acuerdos de paz hayan minado el compromiso de esa guerrilla de desarmarse y convertirse en partido político legal antes de que concluya este año. En principio darán este paso en agosto.
“Seguimos trabajando en esa dirección, pero todo depende de cómo destrabamos los enredos que complican la implementación”, dice el comandante de las FARC, Pablo Catatumbo. (I)