Analistas destacan un desgaste profundo de liderazgo político
Las alianzas se fortalecen para presidenciales en Perú
El 2016 tendrá un inicio particular para la política peruana. En enero iniciará oficialmente la campaña electoral que llevará a los peruanos ante las urnas en abril, para otorgar el voto de confianza a quien se encargará de dirigir las riendas del país durante los siguientes cinco años.
La pugna por hacerse con el primer lugar en las preferencias populares inició ya a mediados de 2015. Keiko Fujimori, Alan García, Pedro Pablo Kuczynski y Alejandro Toledo, figuras conocidas en el ruedo democrático nacional, están presentes entre las alternativas más notables que tiene por delante el electorado.
“Vivimos un desgaste profundo de liderazgo, la muestra no está solamente en la reiteración de figuras conocidas, casi en su totalidad, cuestionadas por delitos de corrupción, nepotismo, impunidad, irrespeto a los derechos humanos, sino que además, esas mismas figuras, que vendrían a ser las únicas alternativas resaltantes, no logran tener la fuerza electoral de antes, aparecen debilitadas, indefensas en algunos casos”, resalta Carlos Estévez, politólogo local. Esa brecha de debilidad podría ser uno de los factores que han alentado, en esta ocasión, la formación de alianzas partidistas en busca de fortalecer candidaturas, aun cuando el saldo ponga en tela de duda la coherencia ideológica y, hasta cierto punto, de principios, de los actores políticos involucrados.
Hasta el sábado 12 de diciembre, el Jurado Nacional de Elecciones recibió la inscripción de alianzas para la carrera presidencial. Los acuerdos que ya habían elevado expectativa en la esfera pública peruana, una vez inscritos de forma oficial, causaron más de una crítica y, sobre todo, dieron material adicional para reflexionar sobre el estado actual de la política peruana.
María López, analista social, menciona que la razón principal para las críticas es la falta de coherencia en los políticos. “Finalmente se han inscrito alianzas que juntan el agua y el aceite, personas que durante décadas han sido enemigos ahora lucen como grandes aliados. Sería interesante ver qué es lo que ha primado en esos acuerdos. Para nada, creo, temas de principios o paradigmas de sociedad. Sí, en cambio, intereses de grupos económicos que movilizan campañas, inversiones compartidas que hacen necesario cuidar el aparato administrativo del Estado”, menciona.
Una de las sorpresas más grandes vino de la mano del APRA, tienda política que postula al expresidente Alan García como su mejor carta para ocupar, por tercera vez, palacio de Gobierno. Su alianza con el Partido Popular Cristiano, de raíz conservadora y religiosa, puso en la palestra a Lourdes Flores Nano, enemiga declarada de García, a quien acusó de mal manejo del país en su segundo gobierno, y llegó a denunciarlo ante el Senado de los Estados Unidos. Consultada por la razón para esta repentina unión, Flores Nano señaló el carácter institucional que, para ella, genera el hecho de que dos de los más antiguos partidos políticos del Perú decidan unirse para trabajar por el país.
Paralelamente a ello, los partidos Alianza para el Progreso, encabezada por César Acuña, empresario trujillano que escala posiciones en la preferencia electoral, y Somos Perú, también dejó sentado su acuerdo para ir tras el sillón presidencial.
Pero los efectos sobrepasaron el nivel de las críticas. Apenas confirmadas estas alianzas, varios militantes de los partidos involucrados decidieron renunciar a su calidad de afiliados, debido a la contradicción que esas negociaciones representan para ellos. “Es necesario mirar el panorama de forma amplia. Ya no hablamos de unión a partir de principios políticos compartidos. Estamos frente a un comportamiento político que prioriza el poder antes que el diálogo que lo construye. Eso es preocupante, pues muestra como la sociedad peruana en pleno ha cedido ante una forma de elección que no sopesa propuestas políticas, sino figuras y demagogia”, menciona Estévez.
Con las elecciones a la vuelta de la esquina, las alianzas electorales esperan fortalecer candidaturas relegadas a segundos planos tras el 35% de apoyo popular que mantiene a Keiko Fujimori como la principal opción para llegar a la presidencia. (I)