El asesor en informática que suministró al fiscal Alberto Nisman la pistola que le causó la muerte, y quien aparentemente fue el último que lo vio con vida, rompió este miércoles su silencio en una conferencia de prensa.

Diego Lagomarsino, único imputado en este caso, relató que el sábado anterior a la muerte del fiscal éste le preguntó si "tenía un arma" y le dijo que "tenía miedo y no confiaba ni en la custodia".

En una conferencia de prensa en el estudio de su abogado, el licenciado en informática que trabajaba para la Unidad AMIA contó que Nisman lo llamó diciendo si podía ir a su vivienda en Puerto Madero (Buenos Aires) y agregó que le pidió un arma porque "tengo miedo por las chicas (sus hijas) y que un loquito venga y me pegue un palazo por traidor".

Lagomarsino relató minuciosamente cómo y en qué circunstancias le entregó la pistola Bersa calibre 22 al fiscal. "Me dejó malparado", afirmó cuando dijo que Nisman le preguntó que sí tenía una pistola. "Me dijo que no iba a usarla" y que como fiscal tenía permiso de portación de armas, agregó.

Al día siguiente por la noche, Nisman, de 51 años, fue hallado sin vida por su madre y sus custodios en el cuarto de baño adyacente a su dormitorio.

 La justicia argentina investiga si la muerte del fiscal fue un asesinato, un suicidio voluntario o un suicidio inducido.

Maximiliano Rusconi, abogado de Diego Lagomarsino, anticipó hoy que pedirá que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se presente a declarar.

Mientras, 11 días después de su muerte, los restos de Nisman serán velados por su familia en la más estricta intimidad.

El jueves en la mañana será enterrado en un cementerio israelita en las afueras de Buenos Aires.