En 5 meses se celebrarán elecciones en el país ibérico
La troika se fue hace un año, pero Portugal aún sufre los recortes
Un año después de librarse de la tutela de sus acreedores internacionales, Portugal ha empezado a recuperarse a nivel macroeconómico, pero la población sigue sufriendo los efectos de la austeridad.
Con un déficit controlado, unas cifras récord en el sector del turismo, una recuperación del mercado inmobiliario y el alza de las exportaciones y las inversiones, las grandes cifras han mejorado claramente. Este año, el gobierno espera el crecimiento del 1,6%.
La oposición de izquierda acusa al gobierno conservador de aplicar con excesivo celo la doctrina de la austeridad y de ser “más alemán que la canciller Angela Merkel”.
Pero el ejecutivo insiste en seguir privilegiando la reducción del déficit presupuestario y, a cinco meses de las elecciones legislativas, el primer ministro Pedro Passos Coelho tiene clara su estrategia. “Más que nunca, estoy convencido de que debemos continuar por la vía que hemos tomado”, declaró el sábado.
A pie de calle, la impresión es diferente a la de las cifras macroeconómicas. “Desde que se fue la troika no ha cambiado nada para mí. Perdí mi trabajo en 2009 y tengo pocas esperanzas de volver a encontrar otro”, cuenta Carlos Navarro, un exjoyero.
Navarro, divorciado y padre de dos hijas, ya no tiene derecho a recibir el subsidio por desempleo. Sobrevive a base de pequeños trabajos y recibe el ingreso mínimo de inserción, que se ha visto a salvo de los recortes. “Gano 348 euros al mes, es decir 40 menos que antes”, explica.
“Las cifras son mejores, pero la vida de los portugueses ha cambiado poco. Un año después de la era de la troika, el milagro económico es más bien un espejismo”, comenta Domingos Amaral, profesor de Economía en la Universidad Católica de Lisboa.
“El desempleo sigue siendo alto, la deuda pública también y los impuestos están en un máximo histórico. El crecimiento es todavía tímido y los portugueses continúan emigrando”, añade el profesor.
La partida de los inspectores de la troika de acreedores (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo), celebrada con gran pompa el 17 de mayo de 2014, permitió a Portugal recuperar su soberanía, aunque sin poner fin a los sacrificios.
Actualmente, uno de cada cinco portugueses vive bajo el umbral de la pobreza, con ingresos inferiores a 411 euros mensuales. El desempleo se ha reducido aunque sigue siendo alto (13,7% de la población activa) y entre los jóvenes asciende a 34,4%.
El déficit público fue reducido a 4,5% del PIB en 2014, pero la deuda ha aumentado y alcanzó el 130% del PIB, un nivel superior al del año 2011.
Para evitar la quiebra, el país cerró en 2011 un acuerdo de un plan de rescate de 78.000 millones de euros. A cambio, el gobierno tuvo que acometer un severo plan de austeridad, que incluyó recortes de sueldos y pensiones y un aumento de la presión fiscal.
Gracias al bajo nivel de los tipos de interés en los mercados de renta fija, el gobierno ha podido desde hace un año financiarse sin problemas. Prueba de la mejora de las cuentas del país, ya ha reembolsado por avance al Fondo Monetario Internacional casi una cuarta parte de su deuda de 29.600 millones de euros. (I)