Más de 2.900 personas  han perdido la vida desde el comienzo de la represión en Siria, indicó ayer el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

“Según la lista detallada de los nombres de las personas que tenemos, el número total de las personas muertas desde el comienzo de las manifestaciones en Siria es superior a 2.900”, informó  el portavoz del Alto Comisionado, Rupert Colville.

Sin embargo, la fuente precisó que la cifra podría aumentar porque el número de personas desaparecidas “es   más elevado”.

Lo que empezó el pasado marzo como una protesta ciudadana para pedir la caída del presidente sirio, Bachar el Asad, empieza a ser ya un conflicto armado entre dos bandos.

Ayer se registraron  duros combates  en la provincia  de Idleb, fronteriza con Turquía, entre el Ejército y un grupo de desertores que han causado al menos doce muertos. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos precisó que los fallecidos  son siete soldados del Ejército sirio, y cinco personas, entre civiles y desertores.

El  Consejo de Derechos Humanos de la ONU examina hoy la situación de los derechos fundamentales en Siria a través de su Examen Periódico Universal (EPU) de Siria, un procedimiento al cual deben someterse todos los miembros de las Naciones Unidas. AFP/EFE