Los escándalos de corrupción y los conflictos sociales afectan la imagen del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, cuya popularidad pasó de 63% en septiembre a 55% en octubre, según un sondeo de la firma Ipsos.

Al realizar un balance de sus primeros tres meses de gobierno, el mandatario reconoció el miércoles pasado que la revelación del caso que involucró a su exasesor, Carlos Moreno, lo obligó a ‘acelerar’ la lucha contra la corrupción.

La semana pasada, el mandatario removió de su cargo a Moreno, tras conocerse audios en los que este presumía de su cercanía con el jefe de Estado para asegurar un negocio que le permitiría acceder al dinero del sistema previsional público. “Estar a lado del presidente abre todas las puertas”, decía en la grabación. El Gobierno presentó una denuncia penal en la Fiscalía.

Para combatir la corrupción en su gobierno, Kuczynski emprendió 23 acciones que, a su criterio, dan resultados. “Hemos progresado bastante en el tema de la lucha contra las mafias. Se capturó a 300 criminales de más de 600 que estaban en la lista del sistema de recompensas, que funciona bien”.

Por su parte, el presidente del Consejo de Ministros, Fernando Zavala, aseguró que “siguen enfocados” en la lucha contra la corrupción, y que situaciones como las de Moreno, “les hace trabajar más duro” en este tema.

Muerte civil

Asimismo, el jefe del Estado resaltó que, por las facultades dadas por el Congreso al Ejecutivo, decretó la aplicación del mecanismo de ‘muerte civil’ para que los funcionarios públicos que incurren en actos de corrupción no vuelvan a trabajar en el Estado.  

Espera que el proyecto de ley sea aprobado en el Congreso, dominado por el Partido Fuerza Popular del exmandatario Alberto Fujimori, quien cumple en la cárcel una condena por crímenes de lesa humanidad.

Consultado respecto a la ausencia de la titular del Congreso, Luz Salgado, el pasado fin de semana durante la reunión del Consejo de Estado en la que se trató sobre el tema anticorrupción, Kuczynski dijo que ella tenía la potestad de no asistir y mandar a un representación.

No obstante, señaló que confía en que el Parlamento colaborará en ese punto y que para ello se le mandará a Salgado las actas de la reunión, a fin de que tenga conocimiento de lo que se acordó.

Kuczynski recordó que el Consejo de Estado sí es una instancia reconocida en la Constitución vigente.

Las turbulencias políticas

Ayer se cumplieron tres meses desde que Pedro Pablo Kuczynski (PPK) llegó a la presidencia de Perú. La palabra ‘resultados’ empieza a pesar en el panorama inmediato de la actual administración estatal.

Si se busca en el transcurso de estos últimos 90 días, eso, los ‘resultados’, dependiendo de los ojos de quién mira, toman forma de lo mínimo o de lo potencial. La oposición, por ejemplo, da escaso crédito a las iniciativas desarrolladas por el mandatario en el último trimestre.

El fujimorismo, la mayoría parlamentaria a la cabeza de estas críticas, ve en este gobierno una reiteración de errores, una falta de tino político a la hora de definir procesos o destrabar los que estaban suspendidos. La cara material de estas críticas es el rechazo.

Luz Salgado optó por esta conducta cuando de forma deliberada no asistió al Consejo de Estado preparado por Kuczynski. La cita, en la que se agrupan los representantes de los poderes de Perú, buscaba coordinar acciones que adelantasen el cumplimiento de pactos sociales, económicos y políticos en favor de un nutrido desarrollo nacional.

“Esas citas son solo para la foto”, respondió Salgado al ser consultada por su inasistencia. “No puedo seguir el ritmo de un gobierno que improvisa y sufre problemas internos en su partido”, añadió, como si diera un diagnóstico al que se le pone una saña especial cuando se nombra la posible enfermedad.

Del otro lado, en el Poder Ejecutivo, las miradas son distintas. Se asume que un trimestre es poco tiempo para echar a andar por completo los motores del país. Pero se asume también que es poco tiempo para que una suma de errores terminen por desplomar la popularidad del presidente en casi 8 puntos porcentuales.

Responsabilidad de Humala

La defensa del oficialismo se escuda en el pasado, el gobierno del expresidente Ollanta Humala (2011-2016). Según la evaluación, les dejó una ausencia significativa de recursos en el arca nacional que los coloca en desventaja desde el punto de partida.

Pero eso poco o nada tiene que ver con las denuncias que recibieron los cercanos colaboradores de Kuczynski, incluido el presidente de su partido, y que da pie a que  los fujimoristas, vinculados en más de un caso a denuncias de corrupción y narcotráfico, los tilden de corruptos, de poco fiables, de faltos de audacia política.

La agilidad a la hora de manejar este clima se pone a prueba frente a la serie de fisuras que aparecen por todos lados.  

Hace unas semanas el caso de Las Bambas, un yacimiento minero en el que se invirtieron $ 10.000 millones y que está paralizado por la inconformidad de los comuneros del sector, puso sobre la mesa el mejor ejemplo de las carencias de las que se acusa al régimen.

Con un comunero muerto y viviendo ya los 45 días de tregua logrados por Martín Vizcarra, vicepresidente del país y vocero principal frente a los manifestantes, los esfuerzos del Gobierno se centran en reordenar la casa antes de que las circunstancias se agudicen y sea este el primer trimestre de una espiral que tiende a aumentar. (I)

DATOS DE LOS CASOS QUE SE INVESTIGAN

La exprimera dama, Nadine Heredia, también fue relacionada, por un colaborador de la justicia, con la licitación del Gasoducto del Sur.

La Línea 2 del Metro de Lima sufrió retrasos debido a la expropiación de los terrenos para la ejecución de esta obra. Cabe recordar que el proceso de expropiación se inició en enero de 2015.

La comisión especial del Congreso no es la única que se encargaría de revisar estos proyectos. La Contraloría conformó un equipo denominado Grupo de Control de Inversiones, con el objetivo de hacer un seguimiento a las diversas obras que están en ejecución.

Entre los megaproyectos consta el Gasoducto del Sur, la Línea 2 del Metro de Lima, la Refinería de Talara, la Línea Amarilla y el Tramo 4 de la Interoceánica Sur. (I)