La polémica de las armas cerca a Trump
Florida busca explicaciones al tiroteo del miércoles en una escuela secundaria que dejó 17 muertos. Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, evita mencionar el polémico tema del acceso a las armas.
Nikolas Cruz, de 19 años, autor confeso de la masacre en el colegio de Marjory Stoneman Douglas, adquirió el rifle AR-15 en febrero de 2017. El propietario de la armería indicó que la compra fue legal luego de verificar que no tenía antecedentes penales en una base del FBI.
De acuerdo con el diario The Washington Post, el AR-15, una versión ligera y personalizable del M16 militar, se hizo popular luego de que expirara en 2004 una prohibición federal de 10 años sobre armas de asalto.
El problema de este rifle, que también se usó en la masacre de Las Vegas en 2017, es que se amplifica con dispositivos. Es decir, dejan de ser armas semiautomáticas y se convierten en automáticas. Por lo general, después de los tiroteos masivos, como el de Florida, gran parte del debate social se centra en el acceso relativamente fácil de los estadounidenses al armamento. No obstante, este tema es intocable para los gobernadores conservadores y mucho más para Donald Trump.
La Asociación Nacional del Rifle o NRA (por sus siglas en inglés) apoyó la campaña de Trump con $ 30 millones en 2016. Aunque la revista Rolling Stone publicó que la cifra real supera los $ 70 millones.
La venta aumenta
Los últimos datos del registro de la organización Gun Violence Archive revelan que en el mes y medio que lleva 2018, han fallecido 1.816 personas en Estados Unidos por violencia armada. Eso equivale a una media de 40 muertos al día.
Héctor Navarrete, psicólogo y experto en armas, analizó en diálogo con diario EL TELÉGRAFO el gran problema en EE.UU. “Portarlas no es un privilegio sino un derecho que ampara la Constitución y para su adquisición no se aplica ningún tipo de prueba psicológica durante la transacción de compraventa”.
La Segunda Enmienda a la Constitución de Estados Unidos recogió el derecho a poseer armas tanto en su interpretación medieval como en la moderna. Para los partidarios del control, esta medida solo alude a entidades oficiales como el Ejército, mientras que los defensores aplauden el derecho de los individuos a poseerlas.
“Hay 357 millones de armas en este territorio, más de una por cada adulto. Esto significa que, más allá de que se implemente un efectivo control de armas, la realidad es que el país está inundado de armas de fuego”, señala Navarrete.
El Servicio de Investigación del Congreso calculó, en un estudio de 2012, que tres años antes habían unas 310 millones de armas. La población estadounidense es de 321 millones de habitantes. Ningún país tiene tal tasa para el uso de sus civiles.
Por su parte Javier Alcalde, experto en desarme y profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona, indicó en una entrevista con la radio española Euskadi que la opinión pública norteamericana está dividida en un 50%.
“Las matanzas causan debate televisivo sin ningún efecto. Desde 2012 han habido más de 1.600 masacres y no hay ningún cambio en su legislación. Sin embargo, la especulación dispara la venta de armas ante el temor de que se cree una restricción”.
Un reflejo de ello fue el viernes negro de 2017 que registró un récord en la compra de armas. Solo ese día el FBI, recibió 203.086 solicitudes de información de antecedentes, un incremento del 10% respecto a 2016, según el diario USA Today.
Alcalde detalló que aunque es real que existen 357 millones de armas, no todos los estadounidenses poseen una. “Solo el 35% de la población las tienen. El problema es que este porcentaje posee de 8 en adelante”.
De acuerdo con el diario The New York Times, Estados Unidos es el segundo país con la mayor proporción de tiroteos masivos: 90 por cada 100 millones de personas de 1966 a 2012.
Adam Lankford, profesor de criminología de la Universidad de Alabama, indicó en una investigación que esta cifra es solamente superada por Yemen, el país con la mayor tasa de tenencia de armas por la guerra contra el terrorismo del Estado Islámico.
La Asociación Nacional del Rifle
Aunque una parte de los estadounidenses apoya al menos alguna regulación de armas, otros se oponen.
Estos últimos por lo general están activos en política y ligados directamente a la Asociación Nacional del Rifle o NRA (por sus siglas en ingles), la organización de armas de fuego más prominente en Estados Unidos desde hace más de 100 años.
Matthew Lacombe publicó en el diario The Post una investigación de la NRA basada en las cartas editoriales publicadas en los cuatro medios estadounidenses más importantes de 1930 a 2008.
Esta investigación determinó que todas las cartas al editor sobre el control de armas publicadas en The New York Times, Chicago Tribune, Atlanta Journal-Constitution y Arizona Republic están a favor de las armas.
Asimismo, menos de una cuarta parte de las cartas que respaldan la regulación mencionan cómo estas leyes antiarmas afectarían a los escritores de las mismas.
El experto Javier Alcalde, indicó que con los años la NRA fortaleció su círculo con el financiamiento político y empresarial. “Es la asociación más poderosa. Su éxito es que tienen 5 millones de miembros que están muy disciplinados”.
Es decir, cuando la NRA hace una campaña, sus miembros envían cartas a todos sus representantes políticos con un efecto protector.
“Pero también hacen mucho lobby. Cuando participé en las negociaciones del comercio de armas con España, todas las delegaciones tenían de dos a tres miembros de la sociedad civil, pero en el caso de EE.UU. la sociedad civil siempre estaba representada por miembros de la NRA”, indicó Alcalde. (I)
En 20 años la regulación para ventas no cambió
Las leyes que regulan la posesión y venta de armas no han cambiado mucho en los últimos 20 años. En el Congreso se presentaron propuestas de ley para lograr un control más estricto, pero ninguna fue aprobada.
Durante el gobierno de Barack Obama, en el cual ocurrieron 31 incidentes de tiroteos masivos, el entonces presidente no pudo cambiar la legislación a pesar de sus múltiples intentos por exigir un control más estricto en el porte de armas. “Si la opinión pública no exige cambios en el Congreso, esta situación no cambiará”, dijo Barack Obama en junio de 2014 cuando bloquearon su propuesta. No obstante, logró avances; en 29 estados los permisos solo los otorga el gobierno federal a quienes no sean criminales o mentalmente incompetentes y 12 estados han abolido los permisos por completo. Mientras que en 24 estados no se requiere ningún tipo de restricción.
Según datos de la Campaña Brady, se calcula que cada año en EE.UU. mueren 33.880 personas por disparos de armas de fuego, lo que equivale a un promedio de 93 fallecidos al día. El mismo texto detalla que cada día otras 222 personas sobreviven tras recibir disparos.
Los últimos datos de la organización Archive Gun Violence agregan también que hasta noviembre de 2017 se registraron 46.595 incidentes armados en el país, en los que murieron 11.652 personas.
No obstante, el propio presidente estadounidense Donald Trump ha defendido el uso de las armas e incluso aprovechó su discurso tras el tiroteo del 6 de noviembre en Texas para agradecer a la Constitución por permitir usar armas ya que gracias a ellas “otro civil pudo detener al pistolero y evitar más víctimas”.
Un informe del Centro para el Progreso Norteamericano reveló en 2017 que 836.290 personas murieron entre 1989 y 2014 en EE.UU. a causa de armas de fuego domésticas. La cifra supera a los 656.397 muertos que dejó la guerra de independencia, cuando se permitió el uso libre de las armas. (I)