La ONU y la Iglesia piden un alto al fuego "más robusto" con ELN en Colombia
La ONU y la Iglesia católica, que verifican el primer alto al fuego bilateral con el ELN en Colombia, abogaron por un "acuerdo más robusto", en vísperas de que concluya la tregua el martes.
En un comunicado conjunto divulgado este lunes, los dos organismos llamaron al gobierno y a los rebeldes a "preservar los logros" obtenidos durante la suspensión temporal del enfrentamiento que fue pactada en el marco de los diálogos de paz en Quito.
Aun cuando se dicen "conscientes" de las dificultades en la implementación de la tregua, que se inició el 1 de octubre de 2017, la Iglesia y Naciones Unidas "comparten la necesidad de un acuerdo de cese al fuego más robusto que genere mayor confianza entre las partes y en la sociedad colombiana".
La misión de verificación que conforman ambas instituciones no se pronunció explícitamente sobre una prórroga del alto al fuego, pero insistieron en su pedido para que se persevere en los "diálogos" con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla activa en Colombia reconocida por el gobierno.
También exhortan al gobierno y a su contraparte a "avanzar más aún hacia la reducción de la violencia, y consolidar y ampliar los beneficios logrados para las comunidades desde el establecimiento del cese al fuego".
A horas de que venza la tregua, los delegados del gobierno y del grupo guevarista reanudarán el martes en Quito las conversaciones de paz, en medio de la expectativa de una eventual extensión del cese al fuego.
Aunque las partes se han achacado mutuos incumplimientos, también han expresado por aparte su intención de negociar una extensión del pacto o incluso de negociar uno nuevo.
Durante estos meses de tregua no se han registrado combates entre los militares y las tropas rebeldes, pero el ELN fue acusado, por ejemplo, de violar el convenio al asesinar a un gobernador indígena, un hecho por el que esa organización pidió perdón.
Por su parte, la agrupación rebelde consideró como incumplimientos la muerte de siete campesinos cocaleros en un ataque que involucró a la fuerza pública, y las operaciones militares en sus zonas de influencia.
Con menos de 2.000 combatientes, la guerrilla surgida bajo el influjo de la Revolución cubana está negociando un acuerdo de paz, tras el suscrito por la ahora exguerrilla comunista de las FARC en noviembre de 2016.
El presidente Juan Manuel Santos, que dejará el poder en agosto, espera sacar adelante las negociaciones iniciadas hace casi un año en Quito, con miras a extinguir el último conflicto armado del continente que, en más de medio siglo, ha dejado unos ocho millones de víctimas entre muertos, heridos y desplazados. (I)