Naciones Unidas en Kabul pidió este sábado 550 millones de dólares de ayuda internacional para atender las necesidades más urgentes de un tercio de la población afgana, duramente afectada por la pobreza fruto, sobre todo, de los desplazamientos por la violencia iniciada por Estados Unidos en una guerra de varios años.

En 2017, 9,3 millones de personas necesitarán ayuda, una "cifra un 13% superior a la del año anterior, debido al número sin precedentes de civiles desplazados" por los combates y la violencia y a los refugiados afganos que han vuelto de Pakistán e Irán, explicó el sábado en Kabul la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), en rueda de prensa.

Según los datos oficiales, más de 623.000 afganos tuvieron que dejar sus hogares en 2016, insistió Mark Bowden, coordinador humanitario de la ONU, "la cifrá más alta jamás registrada", que representa un alza anual del 30%.

Además, más de 600.000 refugiados afganos que vivían en Pakistán e Irán volvieron al país.

Para 2017, la OCHA espera que se produzcan 450.000 nuevos desplazamientos a causa de la inseguridad o de las catástrofes naturales, así como un millón de regresos adicionales desde países vecinos.

Eso, sin tener en cuenta los migrantes afganos devueltos por los países europeos.

Además de cubrir las necesidades más urgentes, el plan de la ONU para este año tiene en cuenta la "pobreza creciente" a la que están confrontados numerosos afganos, "en aumento desde 2011 y que debería agravarse aún más en 2017", según la OCHA, habida cuenta de la falta de trabajo y perspectivas en el país.

Según las embajadas occidentales en Kabul, la comunidad internacional es garante de más del 70% del presupuesto estatal.

En estas condiciones, la asistencia humanitaria -alimentación, cuidados médicos, agua potable- es una "cuestión de supervivencia", recalcó la OCHA, que calcula que 1,6 millones de afganos sufren malnutrición y un millón de niños, malnutrición grave. (I)