La ONU abre puente aéreo para combatir la hambruna en Somalia
La ayuda humanitaria empieza a llegar a Somalia. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) logró abrir ayer un puente aéreo con Mogadiscio para entregar a las víctimas de la sequía, la peor en los últimos sesenta años que golpea al Cuerno de África, alimentos y medicinas.
Así, la primera nave, con diez toneladas de suplementos nutricionales a bordo para los niños malnutridos, llegó a la capital somalí en la tarde. El objetivo es enviar un total de 100 toneladas en diez vuelos, confirmó Challiss McDonough, portavoz del PMA. El avión no pudo despegar el martes por trámites burocráticos en el aeropuerto internacional Jomo Kenyatta de Nairobi (Kenia).
La falta de comida en Mogadiscio, que en los últimos dos meses ha recibido a 100.000 desplazados que buscan en la capital somalí refugio de la guerra y la sequía, ha desembocado en saqueos y enfrentamientos entre la población afectada, denunció el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur). Casi la mitad de la población somalí, unos 3,7 millones de personas, padece una crisis humanitaria, de los cuales 2,8 millones residen en el sur, según los datos facilitados por las Naciones Unidas.
Hace una semana, la ONU declaró oficialmente el estado de hambruna en dos regiones del sur, Bakool y Baja Shabelle, algo inédito en el país durante los últimos veinte años. En todo el Cuerno de África, cerca de 12 millones de personas están en situación crítica por la sequía y el hambre, según la ONU.
Ante ello, ayer la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) hizo un balance sobre la situación en Somalia con los embajadores de los países donantes en Nairobi. Según fuentes diplomáticas, el objetivo de la reunión era discutir sobre el trabajo de las agencias en el país, el estado de la financiación de la ayuda y las diferentes señales enviadas por los insurgentes islamitas.
Ante la gravedad de la sequía, los rebeldes, que dicen estar inspirados por Al Qaeda, prometieron a comienzos de julio dejar trabajar a las agencias humanitarias en las zonas bajo su control, si su intención es solo ayudar a los que sufren. Sin embargo, la semana pasada se desdijeron, y afirmaron que estas agencias, entre ellas el PMA, prohibidas desde 2009, siguen estando proscritas.
Los participantes en la reunión de la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU destacaron ayer la necesidad de recurrir a los “socios” ya presentes sobre el terreno, como Médicos Sin Fronteras, o el Comité Internacional de la Cruz Roja, en lugar de abrir nuevos programas a cargo del PMA. La agencia de la ONU teme que la hambruna se extienda en uno o dos meses a las 8 provincias del sur somalí, en manos de los insurgentes, si no se garantiza el acceso humanitario a las regiones en crisis.