La Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó ayer a la calma en relación con el brote de grive aviar de la variante H7N9, que ya ha causado seis muertes en China.

En Pekín, el representante de la organización en China, Michael O’Leary, declaró que las infecciones son aisladas y no hay datos que indiquen que el virus puede contagiarse entre humanos.

Según O’Leary, China  comenzó a buscar una vacuna para esta variante del virus, lo que puede llevar de seis a ocho meses. Aún tardará más tiempo en saberse si en otros países se han detectado casos de esta variante, ya que ahora las autoridades tendrán que examinar los casos de origen desconocido para saber si pueden estar causados por el H7N9.

Hasta el domingo, Pekín había confirmado 21 infecciones en tres provincias del Este del país y en la ciudad de Shanghái. Seis de los afectados han muerto.

Las autoridades chinas no descartan la posibilidad de infecciones en animales y humanos en otras regiones, según la Comisión Nacional para la Salud y la Planificación Familiar.