La oleada de niños migrantes en EE.UU. se deriva en crisis

EE.UU. abrió las alarmas al anunciar que había detenido en la frontera a más de 47.000 niños no acompañados en los últimos 8 meses, el doble que el año pasado, y prometió $ 254 millones a Centroamérica para programas sociales y de seguridad.

Pero esto no parece ser suficiente ni satisface a las ONG como Kids in Need of Defense (Kind, por sus siglas en inglés). Esta entidad indica que la oleada de menores indocumentados ha derivado una crisis en EE.UU y descubre la falta de un plan migratorio por parte del gobierno de Barack Obama.

“Muchos de estos menores son refugiados, porque están huyendo de la violencia que asola a sus países. Emigran para que no les obliguen a formar parte de las pandillas o para que no abusen de ellos”, señaló Megan McKenna en una entrevista a la cadena BBC Mundo.

Según datos de organizaciones de derechos humanos y de autoridades migratorias, cada vez son más los niños que viajan solos. Prefieren enfrentar los riesgos de la ruta a seguir viviendo en países como Guatemala y Honduras, en los que cada día puede ser el último debido a la violencia.

Antes de llegar a EE.UU., muchos de estos niños y jóvenes han tenido que viajar durante semanas, a merced de los traficantes de personas. Al llegar a territorio norteamericano, son detenidos por la patrulla fronteriza, procesados en un plazo máximo de 72 horas y luego son transferidos a los responsables de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados del Departamento de Salud.

Las fotografías del congresista demócrata por Texas Henry Cuellar, sobre los lugares donde se quedan los menores, han alarmado a las organizaciones civiles. En la gran mayoría de los centros de acogida, los niños están hacinados, no tienen camas ni colchones y viven en pobres condiciones de higiene.