Jorge Orbe es profesor de Relaciones Internacionales del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN). A su criterio, la reunión entre Santos y Maduro en Quito es un triunfo de la diplomacia ecuatoriana porque Correa consiguió que 2 mandatarios dialoguen y lleguen a un acuerdo favorable para los países que afrontaban una situación conflictiva.

“También es un logro de los organismos de integración latinoamericana. Consiguió que Celac y Unasur, en términos de entidades de América Latina, busquen garantizar el hecho de que en América Latina es posible solucionar los problemas internos a través del diálogo y consolidar un territorio de paz”, explicó.

Hay un tercer punto importante para el catedrático: la declaración suscrita entre Colombia y Venezuela evita que se agrave el conflicto entre esos países y es clave que se fijaran mecanismos antes de que la situación fronteriza empeore.  

Estas recientes diferencias  han sido la mayor prueba, hasta el momento, que ha afrontado la Celac, cuya existencia no supera los 5 años. Fue una idea impulsada por Hugo Chávez y aunque ningún mandatario lo reconoce rivaliza con la Organización de Estados Americanos (OEA), donde están Estados Unidos y Canadá.

De hecho, antes de que se involucrara la Celac, la OEA fracasó en su intento de abordar el problema. Colombia acudió al organismo para que convocara a una reunión de cancilleres del bloque pero no contó con los apoyos necesarios.

Es largo el historial de las crisis que la OEA no pudo resolver. Ecuador ha sido víctima de esta inacción. En 1995 no pudo detener el conflicto con Perú. Fueron los países garantes los que lograron un alto el fuego y posteriormente el acuerdo de paz.

Lo mismo ocurrió en 2008, cuando Colombia bombardeó Angostura. La situación se trató en el Grupo de Río, considerado el germen de la Celac.

En la actualidad hay varios conflictos en las Américas que tampoco han logrado resolverse en el seno de la OEA, cuya sede es en Washington.

Por ejemplo Bolivia recurrió a la Corte Internacional de La Haya para acceder al mar por lo que demandó a Chile. Años antes Perú había hecho lo propio porque consideraba que tenía derecho a más mar territorial.

Costa Rica y Nicaragua sufren un litigio en la frontera común que lleva ya años sin solucionarse. Es uno parecido al que enfrentó a Uruguay y Argentina con la construcción de dos papeleras en las márgenes del río que divide a los dos países. En ningún caso la OEA actuó.

Además del de Colombia, Venezuela tiene otro conflicto con un vecino, concretamente con Guyana, país al que reclama la zona del Esequibo. Estos dos países aún no han logrado sellar plenamente sus fronteras.
Nicaragua también tiene reclamaciones sobre aguas territoriales con Colombia.

La OEA tampoco pudo intervenir en la crisis fronteriza que se originó entre México y Estados Unidos, cuando niños solos cruzaban la frontera para reencontrarse con sus padres. (I)