La Junta Militar cede ante masivas protestas
Las Fuerzas Armadas, al mando en Egipto desde la caída de Hosni Mubarak, prometieron ayer elecciones presidenciales en junio de 2012 y aceptaron la posibilidad de celebrar un referéndum sobre el traspaso del poder para intentar apaciguar a los manifestantes antimilitares.
Esta decisión, anunciada en un discurso por el jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, mariscal Husein Tantaui, fue recibida con escepticismo y desconfianza en la emblemática plaza, donde decenas de miles de personas gritaban como respuesta “fuera, fuera”.
El jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), mariscal Husein Tantaui, afirmó asimismo que las legislativas se celebrarán a partir de este lunes, como estaba previsto, pese a la grave crisis política y a los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, que se han cobrado 28 muertos desde el sábado.
Celebrar presidenciales a mediados de 2012 puede interpretarse como un adelanto de estos comicios, para los que se barajaba finales de 2012 o incluso 2013, a falta de un calendario concreto.
Los militares ya se habían comprometido en los últimos meses a entregar el poder a los civiles en cuanto se elija a un presidente.
“El Ejército no quiere el poder y antepone los intereses del pueblo a cualquier consideración. Está completamente dispuesto a traspasar las responsabilidades inmediatamente si el pueblo lo quiere, mediante un referéndum popular”, aseguró Tantaui en un discurso televisado.
También aceptó la dimisión del Gobierno del primer ministro Esam Sharaf, nombrado en marzo para administrar los asuntos corrientes, pero no anunció el nombre del nuevo jefe del régimen.
Mientras tanto, en la plaza Tahrir se revivió el espíritu de la revolución. En el emblemático lugar, decenas de miles de egipcios reclamaban el traspaso del poder a los civiles y acusaban a los militares de aferrarse a este para perpetuar el sistema represivo heredado de Hosni Mubarak, quien fue derrocado por una revuelta popular el pasado 11 de febrero, y cedió su poder a las Fuerzas Armadas y nombró al mariscal Tantaui como nuevo jefe de Estado de facto.
En la plaza de El Cairo, algunos manifestantes expresaron su desconfianza. “No podemos creer lo que dice Tantaui. La pelota estuvo en el campo del consejo militar durante meses y no hizo nada”, afirmó Ibtisam al Hamalawy, de 50 años. “Tantaui es una copia de Mubarak”, gritaba, por su parte, Ahmed Mamduh.
Las protestas y enfrentamientos también se registraron en otras ciudades egipcias, entre ellas Alejandría, Port Said, Suez y Qena.
Estados Unidos, por su parte, condenó el uso excesivo de la fuerza por la Policía egipcia y reclamó al Gobierno que proteja el derecho de manifestación.