La transición comenzó a tomar forma en Grecia, horas después de que el primer ministro, Alexis Tsipras, anunciara su renuncia y propusiera nuevos comicios para fines de septiembre, con el fin de revalidar su poder.

En ese contexto, al menos 25 diputados disidentes de la izquierda radical del partido Syriza, hasta ahora en el gobierno griego, manifestaron que formarán un grupo parlamentario propio, ‘Unidad Popular’, y se presentarán en las próximas elecciones, informó el Parlamento griego.

El líder de esta agrupación será el exministro de Energía, Panayotis Lafazanis, que defiende la vuelta al dracma como moneda nacional y que ha sido crítico con las negociaciones entre el gobierno de Tsipras y los socios europeos, ya que se opone al plan de rescate de la Unión Europea de 86.000 millones euros a cambio de nuevas medidas de austeridad.

“La Plataforma de Izquierda contribuirá a la formación de un frente amplio, progresista, democrático y antimemorando que participará en las elecciones para imponer la cancelación de los memorandos (con los acreedores)”, afirmó en un comunicado Unidad Popular.

De este modo se sellaría la división en el partido de Tsipras, que el jueves presentó su dimisión y anunció elecciones anticipadas para el 20 de septiembre.

Según analistas, el objetivo de Tsipras es capitalizar su popularidad entre los votantes antes de que el efecto de los ajustes cale entre ellos, e intentar retornar al poder en una posición más fuerte, con el respaldo de un nuevo mandato emanado de las urnas y habiendo renovado su partido para conservar solo a los parlamentarios que apoyen su política.

Sin embargo, el nuevo partido supone un desafío, seguramente previsto ya por Tsipras, y la mayoría de analistas coinciden en que esta será la verdadera oposición para el dirigente heleno. La formación sintoniza con las aspiraciones de todos aquellos que en su día votaron convencidos a Syriza por sus promesas antitroika y antiausteridad, con aquellos que dieron su ‘no’ en la consulta celebrada para valorar la negociación del rescate.

La nueva formación recibió ya la contestación del gabinete de Tsipras, como la de la portavoz del Gobierno, Olga Yerovasili, quien considera que la vuelta a la moneda griega supondría aceptar la salida de la eurozona propuesta en su momento por el Gobierno alemán.

Por su parte, el Eurogrupo llamó a la calma explicando que, por el momento, la convocatoria de comicios no afectaría al rescate, aunque retrase algo las reformas previstas. Lafazanis también manifestó que para él no ha sido ninguna sorpresa la convocatoria a comicios.

Además supone una oportunidad para recuperar los votos y apoyos desencantados, entre los que podría estar el de Yanis Varufakis, exministro de Finanzas de Tsipras que salió abruptamente del Gobierno.

Los acreedores de Grecia tienen en cualquier caso la sartén por el mango, porque, como dijo ayer el portavoz del Ministerio alemán de Finanzas, Jürg Weißgerber, el pago de los próximos tramos del tercer rescate se ejecutará solo si Atenas implementa los recortes acordados. (I)