Las líneas telefónicas no paran de sonar. Y solo el fin de semana pasado “recibimos 1.500 correos electrónicos de jóvenes, la mayoría, que dudan de su identidad”, dice a EL TELÉGRAFO Natalia Monterrubianesi, miembro del equipo de difusión de las Abuelas de Plaza de Mayo, entidad que más de 30 años lucha por encontrar a más de 500 hijos de desaparecidos apropiados en la última dictadura militar argentina (1976-83).

La sede de las Abuelas en Buenos Aires está revolucionada. La “recuperación” de Guido, el nieto de su presidenta, Estela de Carlotto, ha sido un disparador de una búsqueda que lleva más de 35 años. El joven se había acercado a Abuelas 14 días antes de que se diera a conocer el resultado del análisis de ADN que permitió develar su origen: es hijo de Laura Carlotto, la hija de la presidenta de Abuelas asesinada por la dictadura tras dar a luz cuando estaba detenida en un campo de exterminio del régimen y del militante peronista detenido-desaparecido  Walmir ‘Puño’ Montoya.

La noticia, informada el 5 de agosto, recorrió el planeta por la trascendencia pública de Estela de Carlotto, cuya lucha por los derechos humanos ha sido reconocida en el mundo entero. Su nieto había sido entregado a una familia rural de la provincia de Buenos Aires y criado como Ignacio Hurban, un músico que vive en la ciudad bonaerense de Olavarría.

Desde entonces,  “se incrementaron las llamadas telefónicas y los e-mails. Es el momento de la historia de Abuelas que más llamadas hemos recibido”, agrega Monterrubianesi. “Después que se anunció que Guido había recuperado su identidad, las 7 líneas telefónicas no paraban de sonar”, prosigue.

En un fin de semana “normal”, las Abuelas reciben un promedio de 80 correos electrónicos de jóvenes que dudan de su identidad o personas que denuncian sobre el supuesto paradero de alguno de los más de 400 nietos que aún faltan recuperar. Pero el fin de semana pasado, los 1.500 e-mails recibidos marcaron un récord absoluto. Y este fenómeno no se detiene. “Trabajamos al mismo ritmo desde entonces”, grafica.

La propia Estela de Carlotto se hizo eco de esta situación. En el programa oficialista “6,7,8”, que emite la televisión pública, contó que “en Abuelas ardía el teléfono” tras la recuperación de Guido. “Hay muchas llamadas por dudas en la identidad. También pasó en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi)”, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

Ahora, el Área de Presentación Espontánea de las Abuelas trabaja en el análisis de cada correo electrónico y llamado telefónico, citando a los jóvenes nacidos entre 1976 y 1980 que tienen dudas sobre su identidad y sospechan ser hijos de detenidos-desaparecidos apropiados por la dictadura y entregados ilegalmente en adopción. Hasta hoy las Abuelas han  logrado recuperar la identidad de 114 de sus nietos.

En los organismos defensores de derechos humanos comentan que las Abuelas están agradecidas por el respaldo de 2 de los principales referentes de la selección argentina de fútbol subcampeona del mundo en Brasil, Lionel Messi y Javier Macherano.  

Ambos, antes del inicio de la Copa, participaron en una campaña titulada “Hace diez mundiales que te estamos buscando” en las que exhortaban  acercarse a las Abuelas de Plaza de Mayo a quienes tenían dudas sobre su identidad. Aunque nada hace suponer que el nieto de Carlotto se acercó a la entidad gracias a Messi y Mascherano, la campaña logró un impulso positivo en la sociedad.

Messi, incluso, mostró su alegría por la “recuperación” del nieto de Carlotto desde las redes sociales. “Hay que continuar la lucha. Quedan muchos más. Cuenten con todo nuestro apoyo”, animó Messi en su cuenta de Facebook. Mascherano también sumó su respaldo: “A seguir por los (nietos) que faltan”.

Estela de Carlotto, en estos últimos días de inmensa alegría por el primer abrazo que le pudo dar a su nieto recuperado, se acordó de ellos “nos ayudaron una barbaridad”.

DATOS

La recuperación de identidad de los hijos de sus hijos, arrebatados de los brazos de sus padres por la dictadura militar se inició en 1979, con la localización en Chile y la restitución de los hermanos Anatole Boris y Victoria Eva Julien Grisonas.

El proceso de Memoria, Verdad y Justicia, iniciado en 2003 por el entonces presidente Néstor Kirchner, les permitió a las abuelas y a sus nietos ver cómo la justicia argentina, en junio de 2012, reconocía la existencia de un plan de robo de bebés a mujeres secuestradas durante la dictadura.

Gracias a este plan se condenó a 50 años de reclusión, la máxima sanción prevista en la legislación nacional, al exdictador Jorge Rafael Videla y se aplicaron severas penas hasta de 40 años a otros represores.