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La guerra en Siria ingresa al octavo año y sin solución
Siria entra al octavo año de un conflicto que deja más de 511.000 muertos (un tercio civiles), entre ellas al menos 24.000 niños, publicó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Todo empezó el 15 de marzo de 2011 como un levantamiento popular que buscaba derrocar al presidente Bashar al Asad. Este se produjo en el marco de las primaveras árabes que se extendieron también a Túnez, Libia, Egipto y Yemen, pero que al mantenerse firme el presidente se convirtieron en guerra civil.
El malestar de esta guerra interna pronto se convirtió en un conflicto mundial con los países de Rusia e Irán (chiitas) alineados del lado del gobierno de Al Asad y Estados Unidos, Turquía, Catar o Arabia Saudí (sunitas), apoyando a los diferentes grupos de una oposición que está más alineada con grupos considerados como terroristas, citó el portal de la ABC.
Esta guerra agudizó con la irrupción del Estado Islámico (EI). Siria es una nación laica. Desde su ingreso los yihadistas iniciaron una cruel persecución a los cristianos y otros grupos étnico-religiosos lo que provocó la huida masiva de sus civiles.
Hasta hoy se contabilizan 11,5 millones de desplazados sirios. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 5,4 millones de ellos huyeron de Siria, en una crisis de refugiados casi sin precedentes, sobre todo en Europa que es el continente que los recibe.
La crisis por la cuota de refugiados que debían acoger los 28 países de la Unión Europea (UE) incluso llevó a la división del bloque y a la salida de Reino Unido. Los ingleses argumentan que la libre circulación de la UE pone al país en “riesgo”, en lugar de generar seguridad a sus ciudadanos.
Siete años después, Al-Asad aún es el presidente. Por otra parte, las Naciones Unidas volvió a demostrar su incapacidad de resolver una gran crisis humana.
Según un recuento del portal hispanidad.com, hasta ahora ninguno de los acuerdos o pactos bajo la mediación de ONU se cumplieron o respetaron en Siria. Ni siquiera para prestar ayuda humanitaria.
El conflicto por el poder
En diciembre se anunció el desmoronamiento del califato establecido por el grupo Estado Islámico, pero la calma duró unos días. Ahora todas las partes y naciones implicadas lanzan nuevas operaciones para consolidar su poder sobre las zonas.
Así nació la guerra que se libra ahora en Guta y Afrín. Estos últimos lugares señalados se unen a Homs, Deir Ezzor, Palmira, Raqa, Kobane o Alepo que ya sufrieron el azote de la violencia.
En cifras, más de 12.500 civiles, entre ellos cientos de menores y mujeres, salieron de Guta Oriental, objetivo de una ofensiva de las fuerzas gubernamentales, en el mayor éxodo de desplazados de esta área desde que el Ejército impusiera un asedio en 2013, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Esas personas salieron a través del corredor abierto por las autoridades sirias en la localidad de Hamuriya, de donde procedía buena parte de los civiles, así como de las poblaciones Zamalka, Kafr Batna y Yisrín, todas controladas por la facción islamita Legión de la Misericordia.
Coincidiendo con este proceso, un convoy de 25 camiones con alimentos, organizado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la Media Luna Roja Siria y la ONU, entró en Duma, la mayor urbe de Guta Oriental y en manos del Ejército del islam, informó a EFE el director de Comunicaciones del CICR en el país, Pawel Krzysiek.
Este organismo indicó en un comunicado que ha llevado 5.220 paquetes de comida y 5.220 bolsas de harina a Duma.
Pero la lista de las zonas destruidas por la violencia aumentará en lugar de detenerse. Jan Egeland, responsable del Norwegian Refugee Council y asesor de la ONU en Siria, alertó del “próximo estallido de tremendas batallas en Idlib (en el norte del país y bajo control del brazo sirio de Al Qaeda) y Deraa (al sur, en plena frontera con Jordania)”. (I)