El líder de la conservadora Nueva Democracia (ND), Andonis Samarás, comenzó las conversaciones para formar un gobierno en Grecia tras la exigua victoria de su partido en las elecciones celebradas el domingo.

Samarás dispondrá de tres días para armar su nuevo gobierno después de haber recibido la orden del presidente, Karolos Papoulias, quien le dijo ayer  que es “imperativo”  formar el nuevo régimen ante la crisis económica que mantiene al borde de la quiebra al país.

Así, el líder de la derecha comenzó un proceso de negociación similar al que fracasó el mes pasado, lo que obligó al gobierno a convocar estas segundas elecciones. 

Samarás se  reunió ayer  con Evangelos Venizelos, el máximo dirigente del Pasok, que quedó tercero en los comicios (12,3%, 33 escaños). A la salida del encuentro, Venizelos expresó que “el país necesita un Gobierno con urgencia y las negociaciones deben avanzar mañana”. Los socialistas anunciaron que apoyarán a su ex socio ND, pero aún no han decidido si entrarán en el gobierno o se limitarán a dar apoyo parlamentario a los conservadores.

ND obtuvo algo más del 29% de los votos en los comicios del domingo, lo que significa que recibirá 129 escaños de los 300 con los que cuenta el Parlamento heleno. Con esas cifras  necesita el apoyo de alguna otra formación. La principal es el Pasok  que, al igual que Samarás, se ha mostrado partidario de las medidas de ajuste y de mantener el país en la Eurozona. 

Los socialdemócratas lograron 33 escaños, con los que una alianza entre ambas formaciones conseguiría la mayoría parlamentaria suficiente para gobernar, pero ambos partidos pretenden formar un Ejecutivo lo más amplio posible.
Siguiendo la normativa, Samarás también se  sentó a negociar con el líder de la segunda fuerza de los comicios, la formación de izquierdas Syriza (26,9% de los votos y 71 escaños). Alexis Tsipras, quien rechazó formar parte de un Ejecutivo junto con los partidarios del rescate, ya que “Nueva Democracia y nosotros mantenemos estrategias opuestas”. Tsipras  anunció que asumirá la oposición, que pretende ser “activa y constructiva”.

“He asegurado al presidente de Nueva Democracia que vamos a controlar al gobierno en cada uno de sus pasos”, afirmó en una rueda de prensa tras reconocer su derrota.

El nuevo gobierno de Grecia  tiene el gran reto de conseguir suavizar las condiciones del plan de rescate pactado con sus socios europeos a cambio de las ayudas financieras.

Samarás ha reiterado que intentará la “renegociación” de las condiciones de las ayudas internacionales. “Grecia respeta su firma. Al mismo tiempo queremos la renegociación del plan de rescate”,   declaró.

Grecia se ha visto obligada a pedir dos rescates, uno por 110.000 millones de euros (140.000 millones de dólares) en 2010 y otro por 130.000 millones de euros este año, además de una quita de 50% de su deuda en manos de inversores privados.

Pese a la ayuda económica de los países europeos, la nación  helena sigue al borde de la quiebra, con todos los indicadores en rojo: caída de 6,5% del Producto Interno Bruto  (PIB), desempleo de 22,6%, una hemorragia de los depósitos bancarios y el riesgo de que las arcas   queden vacías a mediados de julio.

La Unión Europea  abrió  ayer la posibilidad de dar dos años adicionales a Grecia  para lograr los objetivos financieros  previstos en el rescate,   aunque insistió en que lo primero es formar un nuevo Gobierno y evaluar el estado de aplicación de las reformas a las que se comprometió Atenas.

Sin embargo, la canciller alemana, Angela Merkel,  descartó cualquier renegociación del rescate.

Siguen dudas sobre solvencia de España

El mercado de la deuda soberana y las bolsas de Europa vivieron ayer una jornada tensa, a pesar de los resultados de las elecciones en Grecia.

La prima de riesgo española se volvió a disparar ayer y cerró en un  máximo en la era euro, 574 puntos básicos. El bono español a diez años se situó en 7,15%,  por primera vez desde que está en vigor la moneda única europea.

No obstante, durante la sesión, la prima de riesgo española llegó a rozar los 590 puntos básicos (588), afectada por la desconfianza del mercado hacía España,   explicaron los  analistas, que destacaron que la victoria en Grecia de los partidos partidarios del euro sólo ha sido un alivio efímero.

Entre las razones para esta mala sesión bursátil, Daniel Pingarrón, analista de  Markets, citó "las dudas sobre la formación de un gobierno de coalición en Grecia entre el Pasok y Nueva Democracia”.

Las elecciones en Grecia han disipado un factor de incertidumbre, de que no será el primer país en abandonar la Eurozona, al menos por el  momento, pero han dejado al desnudo las crecientes dudas sobre la solvencia de España.  

A pesar de que Europa se ha comprometido a prestar 100.000 millones de euros para sanear los bancos españoles, los inversores hacen cuentas y dudan de que una economía incapaz de generar ingresos, con un sector productivo depauperado y sin suficiente capacidad exportadora, pueda pagar  las deudas acumuladas, señalan los analistas