La covid-19, el cambio climático y los conflictos ponen en riesgo la salud de los adolescentes de Latinoamérica
Pese a los significativos avances que Ecuador y la región han experimentado en los últimos años, aún hay compromisos pendientes en torno a fortalecer los accesos de los grupos más vulnerables en el que se incluyen las y los adolescentes.
En un informe presentado por la organización Todas las Mujeres y Todos los Niños durante la rendición de cuentas anual de la Alianza por la Salud Materna, Neonatal e Infantil (PMNCH), impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se destacó la importancia de brindar mayor soporte a los adolescentes, tras aludir que son una población en transición que necesita apoyo oportuno antes de llegar a la edad adulta.
El informe de de Todas las Mujeres y Todos los niños apuntó que las decisiones y los desafíos que se enfrentan durante la adolescencia como el embarazo, la salud sexual, el uso de sustancias y la finalización de la escuela, a menudo determinan el resto de sus vidas.
A pesar de la introducción de políticas más progresivas de salud y derechos sexuales y reproductivos (SDSR) desde principios de este siglo, y los avances en la prestación de servicios en esta área de la salud, la tasa de natalidad provenientes de embarazos adolescentes sigue siendo la segunda más alta del mundo después de África.
De la misma manera, los adolescentes en América Latina son vulnerables a la violencia y los problemas de salud mental. Según los datos presentados por UNICEF en su publicación “No hay tiempo que perder: desafíos de salud para los adolescentes en América Latina y el Caribe”, uno de cada tres adolescentes entre los 15 y 17 años de la región ha sufrido violencia y las principales causas de muerte de adolescentes son la violencia interpersonal, las lesiones y el suicidio.
Si bien, los adolescentes varones son más susceptibles que las niñas, con un 41% de las muertes causadas por violencia, comparado con 11% de niñas. Sin embargo, las niñas son más propensas a sufrir violencia sexual y violencia psicológica en el hogar, según apuntó el informe.