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La Nueva crisis en la centro-izquierda argentina

La coalición opositora al ‘kirchnerismo’ se rompe

La legisladora argentina Elisa Carrió ha intentado llegar a la Casa Rosada en al menos dos ocasiones. Foto: Tomada de La Nación.
La legisladora argentina Elisa Carrió ha intentado llegar a la Casa Rosada en al menos dos ocasiones. Foto: Tomada de La Nación.
22 de noviembre de 2014 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires

El espectro no peronista argentino tiene cada vez más dificultades para presentarse como una alternativa de poder real con vistas a las elecciones de octubre de 2015. La alianza de centro-izquierda es un claro ejemplo de ello:  este conglomerado de varios partidos, liderado por la centrista Unión Cívica Radical (UCR), sufre una grave crisis interna que se tradujo en un sonoro portazo dado por una de sus principales dirigentes, la diputada Elisa ‘Lilita’ Carrió.

La coalición de centro-izquierda llamada “Unen es una parodia al servicio de Cristina” Kirchner, afirmó Carrió al dar el miércoles un paso al costado, repartiendo críticas durísimas contra todos los dirigentes ‘presidenciables’ de la alianza que ella misma ayudó a conformar para intentar llegar a la Casa Rosada, sede de gobierno.

  Sus despiadadas críticas incluyeron acusaciones de complicidad con el ‘kirchnerismo’ para el senador Fernando Pino Solanas y críticas sobre el manejo de la lucha contra el narcotráfico contra el líder del socialismo, Hermes Binner, exgobernador de la provincia de Santa Fe, donde según Carrió su antiguo socio ‘no puede explicar’ lo que sucede allí con este flagelo.

Carrió, considerada por sus detractores una ‘tira bombas’, tensó la soga de la ruptura hasta el máximo con su acercamiento de los últimos tiempos con el máximo referente de la derecha argentina, el alcalde de la ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri, titular de Propuesta Republicana (PRO). La intención de Carrió era ampliar la alianza electoral, sin privilegiar su coherencia ideológica sino su oposición al gobierno para evitar  a toda costa un triunfo ‘kirchnerista’ en 2015. Su plan contó con el respaldo de referentes del ala más conservadora del radicalismo, como Ernesto Sanz, aunque el rechazo fue unánime en el socialismo y otros partidos minoritarios, inclusive dentro de la propia agrupación de Carrió, la Coalición Cívica.

La crisis que derivó en este coqueteo con la derecha fue tan profunda que el radicalismo debió realizar el lunes pasado una cumbre para definir su posición. Reunida en la localidad de San Fernando, en la periferia norte de Buenos Aires, la cúpula radical decidió rechazar cualquier acercamiento con Macri o con el líder del Frente Renovador peronista, Sergio Massa, exjefe de gabinete de Cristina Fernández y hoy devenido en ferviente opositor. Sin embargo, a nivel provincial la UCR ya cerró algunos acuerdos con el ‘macrismo’ o el ‘massismo’.

La cumbre radical dejó a Carrió aislada dentro de la alianza. “Pobrecita Argentina, su clase dirigente no piensa en ella, ni en la República ni en sanarla”, escribió en su cuenta de Twitter. Y finalmente estalló: sin pelos en la lengua repartió palazos a diestra y siniestra y anunció que dejaba la alianza a nivel nacional y que reservaría sus fuerzas solo en la capital y la provincia de Buenos Aires.

“Al suicidio no voy, me saqué una mochila de encima. Es imposible trabajar con mediocres”, dijo Carrió, lanzando descalificaciones contra lo que llamó “radicales cooptados por el narcoestado”. La  respuesta del radicalismo fue inmediata: “sus palabras son incoherentes”, dijo el exvicepresidente Julio Cobos, quien acompañó al ‘kirchnerismo’ en la primera etapa de su gestión y es hoy una figura ‘presidenciable’ de su partido.

 El senador y cineasta Pino Solanas, directamente, estalló en una carcajada cuando le comentaron sobre la renuncia de su antigua socia política.

Para el analista político Rosendo Fraga, titular de la consultora Nueva Mayoría, ‘esta resonante renuncia no es el fin’ de la alianza de centro-izquierda ‘ni el final del protagonismo político de Carrió. Ni tampoco de las gestiones de unidad de la oposición, aunque confirma las dificultades que tiene el no peronismo para construir una alternativa política’ en el país.

Esta pelea mediática, tildada de ‘Cabaret’ por el diario Página/12, solo favorece a los detractores de la centro-izquierda. A la alianza le cuesta sacarse de encima la pesada mochila del estrepitoso fracaso del expresidente radical Fernando de la Rúa (1999-2001), que asumió el poder de la mano de una coalición similar liderada por la UCR y que concluyó con una veintena de muertos en protestas masivas y la peor crisis en la historia argentina. Ahora, más que nunca, tanto el ‘kirchnerismo’ como la derecha de Macri y la oposición peronista de Massa se relamen por este nuevo capítulo de la novela de enredos protagonizada por Elisa Carrió, una legisladora que se ha peleado en los últimos años prácticamente con todos los políticos del país, de todas las tendencias e ideologías, incluso de su propio partido.

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