La Casa Blanca insta a concluir circo político
La Casa Blanca instó ayer al Congreso a concluir “el circo político” con un compromiso para evitar la suspensión de pagos antes del 2 de agosto y reiteró que el plan republicano de reducción de déficit será rechazado por el Senado.
“Nuestra oposición es a cualquier propuesta que nos vuelva a llevar a este circo político de nuevo, porque ya ha tenido significativos efectos negativos en nuestra economía”, dijo Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, en referencia al plan republicano que ayer estaba previsto que sería votado.
La última versión del plan prevé una reducción del déficit de 915.000 millones de dólares en 10 años, a cambio de un incremento del techo de la deuda de 900.000 millones antes del 2 de agosto, fecha límite tras la cual, según el Departamento del Tesoro, la primera economía del mundo perderá su capacidad de endeudarse y correrá el riesgo de una cesación de pagos.
El presidente republicano de la Cámara baja, John Boehner, contempla otro aumento del techo de la deuda a principios de 2012, es decir en plena campaña de las elecciones presidencial y legislativa de noviembre.
Para los demócratas, esa propuesta está “fuera de lugar”, ya que no haría más que postergar por seis meses la solución del problema y pondría a Estados Unidos en peligro, exponiéndolo aún más a una degradación de la nota de su deuda por las agencias calificadoras.
El jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, dijo que su partido rechazará el plan en la cámara alta. “Cuando la Cámara de Representantes concluya la votación esta noche (ayer), el Senado lo tratará. Será derrotado”, adelantó.
“Debemos ponernos a trabajar en algo que pueda verdaderamente pasar ambas cámaras (Cámara de Representantes y Senado) con apoyo de ambos partidos y pueda ser ratificado por el presidente”, agregó Carney en una rueda de prensa.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, ya advirtió a comienzos de semana a los republicanos que si el plan Boehner llega a su oficina para ser ratificado, lo vetaría. Carney reafirmó el optimismo de la Casa Blanca de que el Congreso “retome el sentido común”, para que el compromiso sea alcanzado.
Obama ha respaldado públicamente el plan de Harry Reid, consistente en una reducción del déficit de 2,2 billones de dólares en la próxima década, y que permitiría al gobierno federal cumplir con sus obligaciones hasta 2013.
Con un Congreso dividido, ambas cámaras están tratando de avanzar sus respectivos planes a menos de cinco días para que se cumpla el plazo y sin que, por el momento, ninguno de los dos partidos, ni el demócrata ni el republicano, hayan dado su brazo a torcer.
Mientras tanto, el Tesoro de EE.UU. confirmó ayer la fecha límite del 2 de agosto como el momento en el que el país no podrá hacer frente a todas sus obligaciones, a no ser que el Congreso apruebe la elevación del techo de deuda, actualmente de 14,29 billones, por lo que tendría que decidir a quién paga y a quién no.