El símbolo estaba en un museo
La bandera cubana que esperó 54 años
En el homenaje que la cadena hotelera Starwood rindió a la delegación cubana, que asistió a la ceremonia de apertura de la embajada en Washington, el historiador Eusebio Leal contó a los periodistas cómo regresó a la capital estadounidense la bandera que fue arriada cuando el gobierno de Dwight Eisenhower rompió relaciones con la isla.
La bandera pertenece al museo provincial de Las Tunas. Es la misma que aquel 3 de enero de 1961 exhibió la misión de Cuba.
El símbolo quedó en manos de la persona que la arrió: un adulto mayor que vive en La Florida, Héctor García Soto, bisnieto del mayor general Vicente García y de Brígida Zaldívar.
Héctor García había luchado durante años por Cuba en la Alianza Martiana, de Max Lesnick y otros patriotas cubanos.
El hombre la guardó celosamente durante años, esperando que llegue el día para que vuelva a flamear. Pero en su penúltimo viaje a la isla decidió donar la enseña y otros objetos históricos al Museo de Las Tunas, donde permaneció hasta estos días.
“Sé que va a ser una gran satisfacción para él, para su familia y para Las Tunas, que sea esa bandera la que esté en el asta, porque no me atrevería como hombre de Museos y de Patrimonio proponer que ondee y se deshaga la bandera en el aire, sino que va a estar en el salón principal de la planta superior de la hermosa sede de la embajada de Cuba”, relató el historiador.
Efectivamente la bandera fue colocada en el interior de la embajada y fue observada por los 500 invitados especiales que estuvieron en la apertura de la legación diplomática, el pasado lunes.
En medio de la multitud que se apretujaba en la sede diplomática, el cantautor cubano Silvio Rodríguez parecía un anónimo más. “Nunca pensé vivir este día y mucho menos vivirlo aquí, en Washington”, dijo el intérprete de trova, quien sugirió adoptar a partir de ahora la consigna que antes mencionó, “Cuba sí, yanquis también”. (I)