El dictamen de un tribunal ha generado protestas sociales
La absolución de Mubarak muestra la ‘politización’ de la justicia egipcia
Prisión para 78 manifestantes adolescentes, pero cargos desestimados contra el expresidente Hosni Mubarak: en una semana, la justicia egipcia mostró su ‘politización’ y confirmó el fin de las aspiraciones democráticas tras la Primavera Árabe, estiman expertos y defensores de los derechos humanos.
El exmandatario de 86 años, otrora centro de la cólera de la mayoría de la opinión pública, fue juzgado por su papel en la represión de las manifestaciones de enero y febrero de 2011 que pusieron fin a sus 30 años en el poder y en las que murieron al menos 846 personas.
El tribunal desestimó el sábado la acusación de complicidad en esas muertes contra Mubarak, quien además quedó libre de varios cargos de corrupción. El fallo tuvo lugar cuando el presidente Abdel Fatah al Sisi, arquitecto de la destitución del islamita Mohamed Mursi en julio de 2013, es acusado de haber cerrado el paréntesis democrático abierto en Egipto con el levantamiento popular de 2011 que contó con el apoyo de los medios de comunicación y de una parte de la opinión pública, tras soportar tres años de inestabilidad política.
Mubarak sigue detenido, en un hospital militar en El Cairo, purgando una pena de tres años de prisión. Pero su abogado Farid al Deeb dijo ayer que podría beneficiarse de una liberación anticipada debido a que “ya cumplió los dos tercios de su pena”.
El fallo del sábado, altamente simbólico, ilustra una justicia “selectiva”, que al parecer “se ocupa más de sancionar a la oposición que de hacer respetar la ley”, dijo la Iniciativa Egipcia por Derechos Personales.
El miércoles pasado, 78 menores -de entre 13 y 17 años- fueron condenados a penas de 2 a 5 años de prisión, por pertenecer a una “organización terrorista”, los Hermanos Musulmanes, y por participar en manifestaciones convocadas por esta organización “para reclamar la caída del régimen”.
Además, 21 islamitas fueron condenados ayer a tres años de prisión por haber gritado consignas políticas durante una audiencia. A todo esto se suman los centenares de partidarios de Mursi condenados a muerte en procesos masivos.