Julian Assange llama a Francia a reaccionar tras revelación de espionaje de EE.UU.
El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, exhortó a Francia a que reaccione tras las revelaciones de espionaje por Estados Unidos, pero el el presidente Barack Obama trató de tranquilizar a su homólogo François Hollande.
"La soberanía (de Francia) no puede ser pisoteada", consideró Assange entrevistado por la cadena de televisión privada francesa TF1, asegurando que ha "llegado el momento" de que París abra una investigación parlamentaria y diligencias judiciales.
Por la mañana del miércoles, el presidente Hollande había calificado de "inadmisibles" las escuchas de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense, tanto a él mismo como a sus dos predecesores, reveladas por WikiLeaks.
En una entrevista telefónica a iniciativa del mandatario francés, el presidente Obama "reiteró sin ambigüedad" su "compromiso firme" contra todo espionaje a un país aliado, anunció el Elíseo en un comunicado.
En Washington, el secretario de Estado John Kerry reiteró que Estados Unidos "no se centra ni se centrará en amigos como el presidente Hollande", repitiendo palabra por palabra la línea de defensa de la Casa Blanca.
El jefe de la diplomacia estadounidense calificó a los franceses de "socios indispensables".
A finales de 2013, el presidente Obama se comprometió a que se deje de espiar a mandatarios de países amigos o aliados, tras las revelaciones sobre el alcance del sistema de inteligencia estadounidense.
Documentos difundidos por el antiguo consultor de la NSA, Edward Snowden, refugiado en la actualidad en Rusia, mostraron que la canciller alemana, Angela Merkel, o la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff habían tenido sus teléfonos personales intervenidos.
Hollande y sus dos predecesores Nicolas Sarkozy y Jacques Chirac fueron objeto de escuchas, según documentos filtrados por WikiLeaks y publicados el martes por 2 diarios franceses.
"Los documentos más importantes están por venir", anunció Assange desde la embajada de Ecuador en Londres, donde está refugiado desde hace tres años. "Tenemos otras informaciones que saldrán en su momento. Desde un punto de vista político, lo que va a salir es mucho más importante", aseguró.
Embajadora estadounidense convocada
Hollande ha reaccionado con contundencia. Se reunió con el consejo de defensa, convocó a la embajadora de Estados Unidos en París y envió a dos responsables de los servicios de inteligencia a Estados Unidos.
La presidencia francesa ha dejado claro que "no tolerará ninguna actividad que pueda poner en tela de juicio su seguridad".
Los documentos publicados hablan de intercambios entre responsables franceses, sin traicionar secretos de Estado. Pero el gobierno francés considera "inaceptables" estas prácticas.
El primer ministro Manuel Valls pidió a Washington que "repare los daños". El jefe de la diplomacia Laurent Fabius denunció unos métodos que "socavan la confianza" entre aliados.
En la oposición, Nicolas Sarkozy y Jacques Chirac arremetieron contra unos métodos "inaceptables" entre aliados, según su entorno.
La izquierda radical y la extrema derecha incluso han pedido que se suspendan las negociaciones sobre el tratado de libre cambio Unión Europea-Estados Unidos. Pero el gobierno ha pedido "mesura".
Postura
Más allá de las protestas, Francia no tiene gran margen de maniobra.
"Habrá intercambios graves, quizá desplazamientos de miembros del personal político estadounidense destinado en Francia, pero todo quedará ahí", predijo la especialista Nicole Bacharan.
Los intereses de los dos países son prácticamente los mismos sobre muchos asuntos, como Ucrania, la lucha contra el grupo Estado Islámico (EI) en Irak, o en el Sahel, para que el escándalo provoque una ruptura.
Según numerosos observadores, la reacción francesa es más bien una "postura". "Uno está obligado a decir que no está bien, pero al mismo tiempo sabe que continuará", comentó el diputado centrista Hervé Morin.
"En materia de espionaje, no hay amigos, no hay aliados, sólo hay intereses", recordó por su parte Alain Chouet, antiguo responsable de los servicios secretos franceses, quien asegura que Francia tampoco "se priva" de espiar a sus aliados.
Asociaciones de defensa de los derechos humanos denunciaron la falta de respuesta judicial de Francia, pese a que ya desde 2013 ha sido objeto de denuncias en el país.
El miércoles, el Parlamento francés adoptó una polémica ley sobre información que legaliza, según sus detractores, prácticas discutibles de los servicios secretos en nombre de la lucha contra el terrorismo. (I)