El juez argentino Claudio Bonadio envió ayer a juicio a  Cristina Fernández y al resto de imputados en la “causa de los cuadernos”, en la que se investiga si la candidata a la Vicepresidencia encabezó una red de sobornos de empresarios de la obra pública a funcionarios de su gobierno.

Bonadio clausuró la instrucción y elevó a juicio el caso, en el que Fernández -senadora desde 2017- es  acusada de delitos de asociación ilícita, en calidad de jefa, y cohecho pasivo. 

A la exmandataria le atribuyen 28 hechos de cohecho pasivo. El expediente cuenta con 172 procesados y 31 imputados colaboradores.

Además, el juez, como hizo anteriormente, solicitó al Senado que debata y apruebe el desafuero de la expresidenta (2007-2015), para que sea detenida y cumpla la prisión preventiva que ya ordenó cuando dictó su procesamiento el 17 de septiembre del año pasado.

No obstante, al igual que en el resto de ocasiones en las que ha intentado Bonadio enviar a prisión a Fernández, no se espera que ese pedido fructifique en la Cámara Alta, al estar dominada por el peronismo que lidera Cristina.

Entre los empresarios involucrados en este caso se encuentra el primo de Mauricio Macri, Ángelo Calcaterra; Carlos Wagner, Néstor Otero, Benjamín Romero, Enrique Pescarmona, entre otros, todos son acusados de pagar coimas.

Cristina pidió elevar el juicio
La elevación del caso a juicio oral fue pedida por la propia senadora y expresidenta Cristina Fernández en un escrito presentado, en julio pasado, por su defensa.

Carlos Beraldi, abogado de la senadora, presentó un escrito ante Bonadio, en el cual reclamó ir a juicio oral y describió una numerosa serie de “irregularidades del proceso”, como “detenciones a mansalva”, aprietes a los supuestos arrepentidos y declaraciones direccionadas. 

En la presentación también se reclamó que las pruebas se habían quemado, que hubo violación de todas las garantías constitucionales contra la acusada, además de maniobras de forum shopping (foro de conveniencia) , detalló Página12. Tras el pedido de elevación a juicio oral, el expediente será sorteado para que se asigne a un tribunal oral, que se encargará de juzgar a los implicados.

La indagación
La causa se destapó en agosto de 2018 cuando una investigación periodística desveló los cuadernos que durante más de una década elaboró un chofer ministerial, Óscar Centeno, en los que supuestamente detalló los viajes que realizaba por Buenos Aires para entregar bolsas con millones de dólares a funcionarios kirchneristas.

Este juicio, que no solo afecta a destacados exaltos cargos sino también a algunos de los más importantes empresarios del país y que todavía no tiene fecha, se suma a la decena de causas en las que la exmandataria ya está procesada.

La mayoría de los procesos es por presunta corrupción y se produce en plena campaña electoral para las presidenciales del 27 de octubre, a las que Fernández y su candidato a la Presidencia, Alberto Fernández, son favoritos y líderes de los sondeos.

En la resolución sobre la llamada “causa madre”, Bonadio sentará en el banquillo a la viuda del también expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y a 52 imputados, como el exministro de Planificación Federal Julio de Vido, encargado máximo de la política de licitación de obras y en prisión desde 2017.

Fernández, que retornó de Cuba -país al que viaja regularmente para visitar a su hija Florencia, quien es tratada por diversas dolencias- ya enfrenta desde finales del pasado mayo el primer juicio por presuntas irregularidades en la concesión de obra pública durante su mandato.

La exmandataria, por su parte, indicó ser víctima de una injusta persecución política y judicial liderada por Bonadio, quien quiere impedir su triunfo en las urnas argentinas.

Respecto al rol del exchofer Óscar Centeno, pese a sus reiterados pedidos para ser sobreseído, irá a juicio oral acusado como miembro de la organización delictiva. Tiene otorgada la libertad por ser el primer “arrepentido” en el expediente y es parte del programa de imputados protegidos, remarcó el diario argentino El Clarín. (I)