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Joshua Wong es muy joven para manejar, pero no para protestar
Viste unos shorts desgastados, una camiseta de algodón y un lazo amarillo en la muñeca. Lleva lentes de marco negro y lo único que lo diferencia del resto de manifestantes en el centro de Hong Kong es que las cámaras de televisión apuntan hacia él. Joshua Wong tiene apenas 17 años, y si bien es muy joven para manejar o comprar una bebida alcohólica en un bar, no es demasiado adolescente para protestar en esa región administrativa especial de China.
Él es el cofundador de Scholarism (Escolaridad), un movimiento estudiantil en Hong Kong que pide al régimen chino más autonomía y libertad para decidir. En el activismo es un veterano. Así lo describe el periódico The Guardian de Londres, que se refiere a él como un ‘propulsor de masas’. “Él batalló contra los planes de China de implementar una educación nacional y atrajo a más de 100 mil personas para que se unan a las protestas”, escribe el diario británico.
“El pueblo no debe temer a su gobierno... el gobierno debe temer a su pueblo”, dice Wong citando a la película V de Vendetta con la intención de arengar a la multitud que se ha congregado desde la semana en la Plaza Cívica de la ciudad asiática. Ellos le responden con un puño en alto mostrando el mismo lazo amarillo (símbolo de las protestas), al parecer sus palabras surten efecto.
Lo cierto es que 2 años después del éxito de su marcha estudiantil en 2012, Wong hoy es nuevamente el líder de una protesta contra la decisión de Pekín de seleccionar a los candidatos que pueden presentarse a elecciones de jefe ejecutivo de Hong Kong.
En 2007 China había prometido a los habitantes de Hong Kong que tendrían sufragio universal. Eso sucedió, pero solo podrán votar por candidatos vetados por China, porque hacerlo de otro modo, según Pekín esto llevaría a una “sociedad caótica”.
Wong dice que Hong Kong es solo “semidemocrático” y ha arengado a los estudiantes a que “se preocupen más” por la política.
El líder estudiantil quiere una sociedad libre, donde cada uno tenga la posibilidad de nominar y votar por candidatos para el puesto de jefe ejecutivo de Hong Kong. Él cree que los estudiantes son las personas indicadas para difundir ese mensaje porque son ‘idealistas’ por naturaleza.
Tras las protestas del pasado miércoles, Wong fue detenido sin cargos por más de 40 horas. Aseguró que mientras estaba en prisión recibió golpes. “Tienen que vivir cada batalla como si fuera la última, solo así tendrán la determinación necesaria para pelear”, dijo tras recuperar su libertad.
Oficialmente ha sido señalado como una amenaza para la seguridad por el Partido Comunista. También lo han llamado bufón y un extremista. “¿Por qué un lunch de tofu cuesta casi $ 50 dólares y una bebida cerca de $ 8? ¿Por qué la línea férrea se cae una vez a la semana y los pasajes siguen subiendo? Muchos de estos aspectos están cercanamente relacionados con las políticas y creo que los ciudadanos de Hong Kong deben poner más atención a la política”, dijo Wong al periódico The South China Morning Post.
De desobediencia civil es como califica Wong a su activismo. Y se trata de una desobediencia a toda fuerza opresora. Desde que el gobierno chino bloqueó el acceso a Internet para los manifestantes, Wong instaló una aplicación en su celular e instó a cientos a hacerlo. Con ‘Firechat’ puede seguir en contacto con sus simpatizantes y convocarlos para las protestas. La app ha sido descargada más de 100 mil veces en Hong Kong.
Wong además se ha encargado de instaurar una demanda pacífica y original. Los manifestantes en lugar de piedras y armas llevan un paraguas para protegerse de los gases lacrimógenos y la lluvia. “La revolución de los paraguas” como ha sido bautizada la protesta, ya es parte de la memoria colectiva.
Y eso no es todo. En una particular forma de protestar, los estudiantes lo tienen todo bajo control. En el día recogen colillas y botellas de plástico que quedaron regadas en las calles donde protestaron; otros distribuyen comida para el desayuno; reciclan la basura, y hasta aprovechan las aceras para realizar las tareas mientras demandan sus derechos.
En las redes sociales son conocidos como ‘Los más amables manifestantes’. Este lunes las autoridades y la policía han prometido desalojarlos de la Plaza Cívica.