Jornada sangrienta en México

El portavoz de Seguridad del Gobierno federal, Alejandro Poiré, afirmó hoy en una conferencia de prensa en Ciudad de México que "todos estos hechos se dan en el contexto de una competencia mortal e irracional entre bandas delincuenciales que deben ser sometidas".

En el municipio de Valle de Chalco, en la periferia de Ciudad de México, fueron hallados el viernes los cuerpos sin vida de once personas -diez hombres y una mujer-, y una mujer se encuentra herida de gravedad.

Asimismo, en Monterrey, capital del norteño estado de Nuevo León, 20 personas murieron a tiros la noche del viernes -17 hombres y 3 mujeres- y 5 más están lesionadas, tras el ataque a un bar perpetrado por un comando armado que irrumpió en el local y disparó indiscriminadamente contra los clientes y empleados.

Por su parte, en la ciudad de Torreón, en el norteño estado de Coahuila, esta madrugada fueron localizado diez cuerpos decapitados, tres de ellos de mujeres, y sus cabezas fueron abandonadas en distintas ubicaciones.

Poiré, secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, expresó la condena enérgica del Gobierno por los múltiples homicidios y la "lucha absurda" de los delincuentes, y expresó las condolencias del Gobierno a los familiares de las víctimas.

Según las autoridades, los hechos del Valle de Chalco se deben a la pugna entre los Caballeros Templarios, una escisión del fragmentado y debilitado cártel de La Familia, y la organización delictiva de Los Zetas.

En cambio, la violencia de Monterrey y Nuevo León se atribuye a la "guerra a muerte" que libran desde marzo de 2010 los narcotraficantes cártel del Golfo y Los Zetas por el control "de plazas delincuenciales y por el tráfico de drogas hacia Estados Unidos" que antes compartían, sostuvo Poiré.

A su vez, la lucha en Coahuila se explica, según el Ejecutivo, por las pugnas entre Los Zetas y la organización criminal del Pacífico (también llamado cártel de Sinaloa).

Los Zetas una organización con una fuerte presencia en México y Guatemala, nacieron en 1999 como brazo armado del cártel del Golfo.

Muchos de los miembros originales de Los Zetas son exmilitares e incluso se ha detectado entre sus filas a antiguos soldados guatemaltecos de elite conocidos como "kaibiles", lo que explica, según los expertos, sus avanzadas tácticas de guerra y férrea disciplina.

Los Zetas intentan con frecuencia expandir su control territorial en México, lo que los enfrenta contra otras organizaciones narcotraficantes, y cada vez más se involucran en el secuestro y tráfico de inmigrantes indocumentados.

Además, mantienen una presencia permanente en Guatemala, donde en mayo pasado asesinaron a 27 campesinos en la región de Petén.

La rivalidad entre cárteles se caracteriza "por su desconfianza, por la venganza, por el intento de controlar las actividades ilegales de una comunidad, y con ello hacerse de las ganancias no solamente que provienen de esa actividad delincuencial, sino también del posible control del trasiego de drogas hacia los Estados Unidos", detalló el funcionario.

Poiré manifestó que la violencia en México va a disminuir solamente en la medida en que se acelere "el debilitamiento de las bandas que la producen".

En este sentido, expresó el apoyo del Gobierno federal a las autoridades locales para que "puedan dar con los responsables y hacerlos pagar por estos crímenes" y pidió que se preserve "la identidad y memoria de las víctimas", y se atienda a los deudos.

Para el portavoz de seguridad, es urgente "estrechar la corresponsabilidad y coordinación" entre las autoridades mexicanas y construir instituciones de seguridad y justicia locales "más capacitadas" y "más confiables".

Desde que el presidente Felipe Calderón subió al poder en diciembre de 2006, más de 40.000 personas han perdido la vida en México en la lucha entre los carteles de la droga por el control del territorio y la ofensiva contra el narcotráfico lanzada por el Gobierno.