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Ecuador, 24 de Diciembre de 2024
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Italia da un ultimatum a la UE por la situación de tunecinos

El ministro italiano de Interior, Roberto Maroni, advirtió este miércoles a los países de la UE que o dejan entrar en su territorio a los cerca de 20.000 inmigrantes tunecinos a los que Italia ha concedido el permiso de residencia temporal o "hay que suspender Schengen", lo que significaría el fin de la UE.

"A lo inmigrantes o les dejan entrar o se suspende Schengen" dijo Maroni a los medios italianos en Roma en respuesta a la oposición mostrada por algunos países europeos, entre ellos Francia y Alemania, a permitir la libre circulación de los inmigrantes que dispongan de los permisos de residencia temporal concedidos por Italia.

Advirtió además de que "la suspensión de Schengen sería el fin de Europa".

La concesión de esos permisos se enmarca en el plan del Gobierno italiano para hacer frente a la ola migratoria que ha recibido el país desde principios de año, cuando se iniciaron las revueltas en el norte de África, y que hoy fue cifrada por el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en cerca de 30.000 personas.

En concreto, el Gobierno italiano se decidió por conceder permisos de residencia temporales a los cerca de 20.000 inmigrantes tunecinos llegados a sus costas desde principios de año hasta el pasado 5 de abril y que no tengan antecedentes penales, para que puedan reunirse con sus parientes en otros países de Europa.

Una medida adoptada por el Ejecutivo italiano en medio de las acusaciones contra la Unión Europea de haberles dejado solos ante el "éxodo" registrado desde el norte de África, en los últimos tres meses.

Por otro lado, aquellos indocumentados arribados a Italia después del 5 de abril serán repatriados a Túnez, en base al acuerdo de colaboración suscrito con las autoridades del país magrebí para luchar contra la ola migratoria.

Un fenómeno del que no se dispone de datos exactos, pues en Italia en los últimos días se han barajado diferentes cifras y, mientras Maroni calculó el martes que habían llegado al país de forma irregular 28.000 personas, el subsecretario de la Presidencia, Gianni Letta, y el ministro de Salud, Ferruccio Fazio, dijeron hoy que fueron 27.000.

En referencia a la decisión de repatriar a los tunecinos, que son considerados inmigrantes económicos y no refugiados con derecho a asilo político, Berlusconi manifestó hoy en rueda de prensa que Italia espera que la difusión de la noticia en Túnez disuada a los que quieran lanzarse al mar en barcas precarias.

El jefe del Gobierno explicó que desde hace varios días se han iniciado las repatriaciones a través de un puente aéreo con Túnez, que cuenta con dos vuelos diarios, con cerca de 40 inmigrantes cada uno.

El mandatario admitió que en esos vuelos se han vivido "escenas dolorosas", al saber los inmigrantes que van a ser devueltos a su país, después de haber pagado cerca de 1.500 dólares por una travesía no exenta de riesgos.

Berlusconi recordó que hoy mismo se ha registrado el naufragio de una embarcación con 250 personas a bordo cerca de las costas de la isla de Pantelleria, en el que perdieron la vida dos mujeres, mientras que el resto consiguió llegar a nado a tierra firme.

A la isla de Lampedusa, que ha sido el punto de Italia que ha recibido el mayor flujo de inmigrantes debido a su cercanía geográfica con Túnez, también arribaron en las últimas horas otros 104 inmigrantes que tuvieron que ser socorridos por la Guardia de Finanzas (Policía Fiscal).

Hasta últimas horas de la tarde de este martes y antes de los últimos desembarcos, permanecían en Lampedusa unos 120 inmigrantes en situación irregular, entre ellos 33 menores, frente a los más de 6.200 que llegó a acoger la isla a principios de mes, lo que llevó a un colapso de los servicios y momentos de crispación entre los indocumentados y los alrededor de 5.000 isleños.

Para aliviar el hacinamiento, el Gobierno italiano destinó barcos de pasajeros, que se sumaron a buques militares, para facilitar la evacuación de los inmigrantes desde Lampedusa a otros puntos de Italia, donde fueron alojados en centros y campamentos habilitados para la ocasión.

Unos centros en los que las autoridades verifican la identidad de los inmigrantes para poder después repatriarlos en caso de que se trate de inmigrantes "económicos" en busca de empleo.

Asimismo, se evalúan los casos de los refugiados, con derecho a pedir asilo político, que en su mayoría son de origen somalí y eritreo que trabajaban en Libia y que zarparon de sus costas durante el conflicto armado.

El primer desembarco en Italia de una barcaza procedente de Libia se registró entre la noche del 26 al 27 de marzo y desde entonces se calcula que han arribado más de 2.000 refugiados, la mayoría de ellos subsaharianos.

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