Irlanda rechaza frontalmente una frontera con el norte tras el Brexit
Irlanda reiteró este viernes que quiere garantías de que Londres no reinstaurará los controles fronterizos en la provincia británica de Irlanda del Norte, un punto que amenaza con bloquear las negociaciones del Brexit.
"No podemos permitir" que el Brexit "separe a las comunidades", dijo en Dublín el ministro de Exteriores irlandés, Simon Coveney, en una jornada en que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se reunirá en la capital irlandesa con el primer ministro irlandés Leo Varadkar.
Coveney dijo que quieren "garantías" de Londres o no permitirán que las negociaciones del Brexit avancen hacia la discusión de la futura relación comercial, la parte que más interesa a los británicos.
El tema protagonizará la cumbre europea del 14 y el 15 de diciembre, en la que debe aprobarse o no entrar en la segunda fase de las negociaciones de divorcio.
"No se nos puede pedir que demos un salto al vacío abriendo la segunda fase de las negociaciones con la esperanza de que este asunto acabe resolviéndose", añadió.
El gobierno irlandés no quiere una frontera que traería ecos de los peores años del conflicto norirlandés -con militares y policías a ambos lados- y podría perjudicar a la economía de la zona fronteriza, cuya mejora en los últimos años es uno de los factores de pacificación en el conflicto entre católicos republicanos y protestantes unionistas.
Al mismo tiempo, y añadiendo confusión, Londres diceque tampoco quiere una frontera dura, sino una "sin fricciones", pero no precisa como reconciliar eso con su pretensión de abandonar el mercado único, precisamente para dejar de depender de las reglas europeas.
Dublín quiere además que el norte británico de la isla mantenga el mismo marco regulatorio que el sur irlandés, lo que significaría de facto que el Úlster se mantendría en los espacios económicos europeos a diferencia del resto del país.
"Si Irlanda del Norte abandona la UE, como hará siendo parte del Reino Unido, el gobierno británico tiene la obligación de asegurar que protege y mantiene los avances logrados en los últimos 20 años", dijo Coveney.
La provincia británica de Irlanda del Norte, también conocida como Úlster, vivió 30 años de un conflicto sangriento entre leales a Dublín y a Londres que dejó más de 3.000 muertos y concluyó con los Acuerdos de Paz de Viernes Santo, en 1998.
Este viernes, el comité parlamentario británico que supervisa el Brexit aseguró que va a ser difícil no reinstaurar los controles fronterizos.
"No vemos de que modo sería posible reconciliar la ausencia de frontera con la política del gobierno (ndlr.:británico) de dejar el mercado único y la unión aduanera", aseguró el comité.
Además, estimó que algunas ideas esbozadas por el gobierno británico, como la de instalar tecnología para que los controles fronterizos sean prácticamente invisibles, "no se probaron nunca" y entran en el terreno de la especulación.
No todos los miembros del comité apoyaron las conclusiones, de las que se desmarcaron algunos diputados conservadores pro-Brexit, que en la campaña del referéndum de junio de 2016 aseguraban que la salida de la UE no debería tener mayores costes y que ahora amenaza con encallarse en el tema irlandés. (I)