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El gobierno guarda silencio respecto al caso

Irlanda investiga escándalo de pedofilia en colegio argentino donde estudió Macri

Sede del colegio Cardenal Newman, ubicado en la provincia de Buenos Aires.
Sede del colegio Cardenal Newman, ubicado en la provincia de Buenos Aires.
Foto: cardenalnewman.org.ar
01 de julio de 2017 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires

Un escándalo de pedofilia del que se interesó el propio papa Francisco amenaza con propinar un duro golpe a uno de los colegios más exclusivos de Argentina, el Cardenal Newman, cuna de la élite política y empresarial del país austral, donde estudiaron el presidente Mauricio Macri y algunos de sus ministros.

Los casos de abusos -que serían más de 20- fueron denunciados por un exestudiante y se refieren a hechos ocurridos en la década del 70.  Ahora, el Gobierno de Irlanda se interesó en el tema, ya que el colegio fue fundado por una orden religiosa de ese país europeo.

El denunciante, Rufino Varela, dijo que sufrió abusos por parte del capellán del colegio en 1977, en plena dictadura militar, cuando cursaba séptimo grado de la escuela primaria. Su caso motivó a otros exestudiantes a contar sus propios calvarios. Varela aseguró que registra ya 22 denuncias.

La ‘bomba’ no solo estalló en   Argentina. Varela quiere llegar hasta las últimas consecuencias y por ello le escribió un correo a una dirección oficial del Gobierno de Irlanda. La respuesta llegó a través del sargento de policía Jonathan Hayes, encargado de investigar el caso. El agente notificó a la Agencia del Menor y la Familia de Irlanda y la causa amenaza con escalar. Incluso, Francisco lo llamó a Varela en febrero a su teléfono celular y, según el testimonio del denunciante, le dijo: “está haciendo lo correcto. Sepa que rezo por usted”.

Si bien el Cardenal Newman fue fundado en 1948 por los Christian Brothers, orden religiosa irlandesa que fundó cientos de colegios en el mundo, desde el año 2000 es manejado por una asociación de padres. Pero cuando ocurrieron los abusos -desde finales del 70 hasta principios del 80- el establecimiento educativo estaba en manos de la organización eclesiástica europea.

¿Y quién es el acusado? Según Varela, las 22 víctimas -salvo una- acusan a la misma persona: el capellán del colegio, Finnlugh Mac Conastair, a quien llamaban padre Alfredo. El resto de afectados señalan a otro religioso.

El denunciante contó a la prensa argentina que el modus operandi del padre Alfredo era siempre el mismo: realizaba las confesiones de sus estudiantes en su habitación, ubicada debajo de la capilla del colegio. Entonces desnudaba, azotaba y masturbaba a los alumnos.

El caso de Varela es escalofriante. Contó que acudió al padre Alfredo para comentarle que era abusado por el casero de su familia. Como respuesta, el religioso lo llevó a su cuarto, le hizo bajarse los pantalones, lo acostó boca abajo, le colocó una almohada en la cabeza, le dio 10 azotes con lo que parecía ser un cinturón y le manoseó los genitales mientras le pedía detalles sexuales de su caso. Corría 1977, el mismo año en que el presidente Macri egresaba de la institución.  El padre Alfredo murió a los 88 años en 1997.

Varela comenzó su cruzada entre los egresados de la camada 1982 por las redes sociales y grupos de WhatsApp. Pero, según el conservador diario La Nación, el escándalo en realidad explotó en un asado celebrado en marzo en la parroquia Santa Teresita, de la localidad Virreyes, en la periferia norte de la ciudad de Buenos Aires.

En medio de una conversación difícil y ante la mirada atenta del anfitrión, el cura Ignacio Alvarado, 40 exalumnos del Cardenal Newman escucharon cómo al menos cuatro personas se quebraron esa noche y contaron los abusos sufridos por el antiguo capellán. Antes se habían escuchado varias recriminaciones. Algunos excompañeros acusaron a Varela de intentar ‘ensuciar’ el nombre del colegio en el marco de una supuesta campaña para dañar al gobierno.

¿El motivo? Este exclusivo colegio solo para varones, ubicado en el tradicional barrio San Isidro, en la rica zona norte del Gran Buenos Aires, albergó no solo al presidente Macri, sino también a varios de sus ministros, como Luis Caputo (Finanzas), Jorge Triaca (Trabajo), Alfonso Prat-Gay (extitular de Hacienda) y Emilio Balavilbaso (a cargo de la Administración Nacional de la Seguridad Social/Anses).

La página oficial del colegio apenas menciona el escándalo. Lo hace en la sección de exalumnos, donde se detalla un comunicado de la Congregación de Hermanos Cristianos, firmado por su titular, el hermano Hugo Cáceres, en el que se disculpa con las víctimas.

“La Congregación de Hermanos Cristianos en América Latina hace público su mensaje de solidaridad y compasión cristiana a todas las víctimas de abuso que tuvieron lugar hace más de 30 años en el colegio Cardenal Newman. Nos llena de dolor el tormento que padecieron nuestros alumnos por estas inaceptables conductas.

Pedimos perdón abiertamente y sin reservas a todos los afectados y estamos a su disposición para escuchar y acompañarlos, a efecto de brindarles toda la ayuda, apoyo y contención que fuera necesaria a todas las personas afectadas”, dice la nota.

Posteriormente, un grupo de exalumnos escribió una carta al colegio exigiendo explicaciones y repudiando “la falta de denuncia pública por parte de la institución”.
El colegio se limitó a ofrecer excusas a través de cartas dirigidas a sus egresados. Pero para Varela no es suficiente. El Gobierno de Irlanda ahora tiene la palabra. (I)

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