Irene llega a Carolina del Norte y Nueva York se mantiene alerta
Nueva York/Washington.-
El huracán Irene tocó tierra ayer en Carolina del Norte donde dejó dos muertos, mientras seguía su paso por la costa este de Estados Unidos, donde las autoridades ordenaron evacuaciones inéditas y el cierre de aeropuertos.
El ojo de Irene, de categoría 1, llegó a las costas de Carolina del Norte ayer a las 08:00 (hora local) con vientos máximos sostenidos de 140 km/h y se desplazaba hacia el noreste a una velocidad de 22 km, indicó el último reporte del Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami.
En total son 2,3 millones de personas afectadas por las evacuaciones. De ellas, 315.000 en Maryland y 200.000 en Virginia, en el área que circunda a Washington; un millón en Nueva Jersey y 370.000 en Nueva York, publicó diario El País.
De acuerdo con los meteorólogos, Irene azotará la costa este de EE.UU. desde las Carolinas hasta Massachusetts, lo que ha provocado que las autoridades estadounidenses declaren el estado de emergencia en doce estados de la región atlántica, donde residen 65 millones de estadounidenses.
“Un hombre murió en el condado de Onslow al sufrir un ataque cardiaco cuando tapaba sus ventanas con placas y otro hombre falleció en la noche cuando su auto se deslizó y chocó contra un árbol”, informó Tom Mather, portavoz de la oficina de gestión de emergencias de Carolina del Norte. También se encuentra desaparecido un hombre que fue a dar a un río cerca de Wilmington, una zona costera azotada por el ciclón.
Según reportes de las compañías locales, unas 300.000 personas se quedaron ayer sin electricidad en las costas de Carolina del Norte como consecuencia de las fuertes lluvias y los intensos vientos provocados por el ciclón. La portavoz de la empresa Progress Energy, Lauren Bradford, indicó a los medios locales que las localidades costeras de Willmington y Wrightsville Beach, en el centro y sur del Carolina del Norte, fueron las más afectadas por estos cortes eléctricos, ya que han sido las primeras que han tenido que enfrentar los efectos del huracán.
La gobernadora de Carolina del Norte, Bev Perdue, señaló entre los daños preliminares el bloqueo de 10 rutas principales y problemas en dos plantas de tratamiento de agua. “Hay inundaciones repentinas en el este. Nos preocupa lo que surja de la tormenta luego de que las lluvias empiecen a golpear”, dijo Perdue.
En otras ciudades del estado, como Atlantic Beach, ya se han reportado inundaciones en las carreteras que corren paralelas a la costa y un muelle ha sido arrasado por la fuerza de las aguas.
Residentes en zonas alejadas del mar también sentían el impacto del ciclón que atraviesa el Atlántico estadounidense, una de las zonas más pobladas del mundo, con unos 65 millones de habitantes. Irene se debilitó a categoría 1 en la escala de cinco niveles Saffir-Simpson, pero sigue siendo una amenaza cuando se dirige sobre la costa este para pasar hoy por Washington, Nueva York y Boston.
El director del Centro Nacional de Huracanes, Bill Read, afirmó que se espera que el nivel de las aguas se eleve en la costa atlántica cerca de cuatro metros, por lo que advirtió sobre posibles daños en edificios costeros a lo largo del recorrido de Irene.
En Nueva York, más de 370.000 neoyorquinos recibieron orden de evacuación, informó el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, urgiendo nuevamente a los habitantes de la ciudad a mantenerse en alerta y prudentes ante la llegada del huracán Irene. “No es una broma, su vida podría estar en peligro”, agregó el funcionario, recalcando que las personas que viven en las zonas susceptibles de inundarse deben respetar la orden de evacuación que fue dada el viernes.
“Ordenamos la evacuación de 370 mil personas. Unos 7.000 pacientes de hospitales y asilos ya fueron evacuados”, precisó. El alcalde señaló que los servicios de transporte público fueron interrumpidos al mediodía de ayer e instó a la gente a partir de inmediato. “No esperen al último tren”, insistió, y advirtió que la amenaza más importante que representa Irene es la posibilidad de una inundación “brutal”.
Bloomberg advirtió sobre los posibles cortes de corriente eléctrica en la parte sur de Manhattan tras el paso de Irene, así como la eventual concentración de mucha agua en las calles, mientras que los habitantes se aprovisionaban de agua y alimentos en los supermercados.