Tres jefes de seguridad presentaron sus testimonios ante una comisión del Senado
Inteligencia de EE.UU. reafirma que Rusia ayudó a Trump en su triunfo
Responsables del espionaje estadounidense reafirmaron ayer ante el Senado que altos funcionarios rusos autorizaron el pirateo informático como parte de una “campaña polifacética” para interferir en las recientes elecciones presidenciales, una aserción desafiada por el presidente electo Donald Trump.
“Hemos llegado a la conclusión de que únicamente los más altos dirigentes rusos pudieron autorizar el reciente robo y divulgación de datos relacionados con las elecciones”, dijeron tres jefes de inteligencia en su testimonio presentado por escrito.
El documento lleva la firma del director de Inteligencia Nacional, James Clapper; el subsecretario de Defensa para Asuntos de Inteligencia, Marcel Lettre; y el jefe del Comando de Ciber Seguridad, el almirante Michael Rogers.
Los tres prestaron testimonio ayer ante la Comisión de Servicios Armados del Senado sobre las amenazas cibernéticas a EE.UU. Sin embargo, el grueso de la testificación se concentró en el pirateo informático de correos del Comité Nacional del partido Demócrata y del jefe de campaña de Hillary Clinton, John Podesta, durante las elecciones.
En el interrogatorio, Clapper puntualizó que Rusia “no cambió ningún conteo de votos o algo por el estilo”, y apuntó que “no hay forma de medir el impacto” de la divulgación de los correos electrónicos en “las decisiones de los electores”.
Consultado sobre si la interferencia cibernética en el período electoral podía ser considerada un ‘acto de guerra’, Clapper dijo que constituye una iniciativa “grave”.
De acuerdo con Clapper, se trató de una “campaña polifacética” en la que el pirateo informático fue “solamente una parte, ya que también incluía propaganda clásica, desinformación y noticias falsas”.
Como consecuencia de la convicción de la interferencia rusa en las elecciones, el pasado 29 de diciembre, el presidente Barack Obama expulsó a 35 agentes de inteligencia rusos del territorio estadounidense.
El gobierno ruso de Vladimir Putin ha desmentido las acusaciones.
El testimonio conjunto por escrito de los tres jefes de inteligencia apuntó también a que China mantiene sus ataques cibernéticos contra el gobierno de Estados Unidos y contra empresas estadounidenses.
Las relaciones entre Washington y Pekín se tornaron tirantes en 2014 a raíz de las denuncias estadounidenses por ataques y pirateo informático chinos. En septiembre de 2015 los presidentes Barack Obama y Xi Jinping anunciaron un acuerdo de cooperación para enfrentar los ataques cibernéticos.
Clapper dijo que, desde entonces, los ataques chinos “se redujeron” y por ello Estados Unidos decidió no adoptar represalias. “Como siempre digo, personas que viven en casas de vidrio deben pensar antes de arrojar piedras. Eso fue un acto de espionaje. Como saben, nosotros y otras naciones conducimos acciones de espionaje”, dijo Clapper.
Trump se declara “fan” de la comunidad de inteligencia
La discusión sobre el alcance de la denunciada interferencia de Rusia en las elecciones se tornó el centro de una espectacular polémica, ya que el presidente electo, Donald Trump, no parece dispuesto a aceptar la posibilidad de haber tenido ayuda rusa para ganar los comicios.
Trump se reunirá hoy con Clapper y otros altos funcionarios de inteligencia para conocer detalles de las informaciones que esos organismos estadounidenses tienen sobre la participación rusa.
En esta polémica, Trump encontró un aliado momentáneo e inesperado, Julian Assange, fundador de WikiLeaks, quien divulgó los correos pirateados y aseguró a una red estadounidense de TV que la fuente de esa información no fue Rusia ni ningún otro Estado.
En su cuenta de Twitter, Trump destacó la versión de Assange lo que fue publicado por los medios locales: “Julian Assange dijo que ‘un niño de 14 años podría haber hackeado a Podesta’. ¿Por qué el DNC fue tan poco cuidadoso? ¡También dijo que los rusos no le dieron a él la información!”.
En este contexto, Trump volvió ayer a atacar a la “prensa deshonesta” señalando que “miente para hacer creer que estoy en contra de la inteligencia, cuando en realidad soy un gran fan”. También negó que esté “de acuerdo” con Assange. (I)